FOTO: RENIER OTTO
Aquellos que siguen esperando que Chacumbele cumpla sus promesas comienzan a mirar hacia otro "Mesías". Después de todo, cuando el hambre ataca y la violencia cerca, para muchos venezolanos la última opción es pedirle una limosnita a los hombres y un milagrito a Dios
Pasan los años y la "revolución" no logra aplacar los problemas sociales. Los que se desgarran las vestiduras hablando de socialismo y comunismo también muestran su ateísmo. Claro, nadie olvida aquello de que la religión es el opio de los pueblos. Famosa y manida frase que ha servido de excusa para lanzarles piedras a las iglesias. Todo eso es en los pisos alfombrados de las oficinas que los rojitos heredaron. Pero en la calle la realidad es otra. Sin alfombras, sin aires acondicionados, sin escoltas y con mucha hambre, aquellos que siguen esperando que Chacumbele cumpla sus promesas comienzan a mirar hacia otro "Mesías". Después de todo, cuando el hambre ataca y la violencia cerca, para muchos venezolanos la última opción es pedirle una limosnita a los hombres y un milagrito a Dios.
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