Por: Laureno Márquez/TalCualDigital
Escribo este texto desde Israel, donde me vine, en el viaje de la Fundación Senos Ayuda, en busca de un momento de paz, serenidad y meditación. Cuando uno vive la angustia cotidiana de la inseguridad venezolana, nada como un lugar tranquilo para pasar unos días.
He tratado de entender el Medio Oriente, pero me voy más confundido de lo que vine. Aquí todo está partido, separado, dividido: · En Jerusalén hay un barrio musulmán, pero en Gaza no permiten un barrio judío.
· Parte de El Muro de los Lamentos está debajo del barrio musulmán y los judíos ingresan a él por túneles.
· Sobre El Muro de los Judíos, a su vez, está la mezquita de los musulmanes.
· La Vía Dolorosa, que reverenciamos los cristianos, queda en el barrio musulmán y los musulmanes son los que te venden rosarios y crucifijos, mientras los judíos venden turbantes en el barrio suyo.
· El Santo Sepulcro está en manos de seis iglesias que realizan misas simultáneas en distintos idiomas. Siento que a Dios le duele la cabeza. Se le adora mucho, pero se le sigue poco.
· El Gólgota es griego, pero se lo prestan un ratico a los católicos.
· Sin embargo, desde Solimán la llave de la iglesia la tiene un musulmán.
· En Belén, el lugar donde nació Jesús, es de los ortodoxos y el lugar en que acostaron al bebé es católico, pero no pueden pasar. Los franciscanos acceden a la gruta por el lado de las cuevas de San Jerónimo y sólo pueden mirar la estrella que marca el lugar donde nació Jesús por un huequito, como quien espía y hay una cola para mirar por el huequito.
· La cola para entrar a ver dónde nació Jesús es espantosa, pero si te bajas de la mula con los guardias palestinos te pasan por un lado, por detrás del ícono de la Virgen de Belén.
· En Israel hay árabes, palestinos y cristianos. Pero algunos palestinos quieren un Estado "limpio" de judíos.
· Dentro de los judíos están los ultraortodoxos que, a veces, no se llevan bien con los no practicantes rigurosos.
· Pero también entre los musulmanes hay sectas y divisiones que se detestan entre ellos.
· También sacerdotes de las distintas iglesias cristianas se han ido hasta las manos por los santos lugares, mientras la policía israelí los separa.
En fin, abandono esta Tierra Santa del único Dios con la certeza de que me voy más confuso de lo que vine, aunque quizá más claro. Nada aquí puede construirse sobre la violencia ni el terrorismo. Esta Torre de Babel teológica tiene que entenderse y para ello deben asumir el mensaje de cada profeta que por aquí ha pasado. Es curioso que Jerusalén signifique "ciudad de la paz". Por otro lado, al pensar mi tierra a la luz de lo visto aquí entiendo que nuestros conflictos son pocos gracias a ese mismo Dios, que no tenemos excusa para que nuestra tierra florezca como merece. Si esta gente ha hecho del desierto un Oasis, no se justifica que los Médanos de Coro estén como están.
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