Foto: Cristián Soto, El Mercurio
NUEVA YORK (Reuters Health) - Un paciente bajo tratamiento por cáncer de próstata puede conocer la probabilidad de quedar impotente con la intervención.
Un nuevo estudio, publicado en Journal of the American Medical Association, proporciona fórmulas para determinar el nivel de riesgo de tres tratamientos más comunes para este cáncer, incluida la cirugía y la radioterapia.
Un experto consideró que los resultados son "un gran paso hacia adelante", pero aconsejó a médicos y pacientes no utilizar los resultados para optar entre tratamientos.
"Sirven para los pacientes que ya decidieron si se operarán o recibirán radioterapia y preguntan '¿Qué efectos debería esperar?'. Esto les dará una buena respuesta", dijo el doctor Philipp Dahm, urólogo de la University of Florida en Gainesville, quien no participó del estudio.
Según la Sociedad Estadounidense del Cáncer, uno de cada seis hombres desarrollará cáncer de próstata en algún momento de la vida y uno de cada 36 morirá por la enfermedad.
Este año, unos 90.000 estadounidenses se realizarán una prostatectomía radical, una cirugía para extirpar la próstata. Los efectos adversos más comunes de la intervención son la impotencia sexual y la incontinencia urinaria durante las actividades diarias.
Recientemente, urólogos comprobaron que algunos pacientes también tendrían pérdida de orina durante las relaciones sexuales.
Aun así, determinar la frecuencia de esos efectos adversos no es fácil.
En el nuevo estudio, los autores analizaron la situación de más de 1.000 hombres tratados por cáncer de próstata en distintos hospitales de Estados Unidos.
Todos respondieron sobre la vida sexual antes de la cirugía, la radioterapia externa o el tratamiento con semillas radioactivas implantadas en la próstata.
Más de un cuarto dijo que había sido impotente antes del tratamiento, mientras que un 52 por ciento empezó a tener problemas de erección a los dos años del tratamiento.
En el grupo tratado con cirugía, el 60 por ciento de los hombres con una buena vida sexual previa se volvió impotente, comparado con el 42 por ciento de los pacientes que recibió radioterapia externa y el 37 por ciento del grupo tratado con semillas implantadas.
Aun así, la probabilidad de desarrollar problemas sexuales varió significativamente, según la edad, la etnia, el peso, la función sexual previa, los niveles de antígeno prostático específico (PSA, por sus siglas en inglés), el tratamiento hormonal utilizado y el tipo de cirugía.
Para un afroamericano de 60 años con peso normal y buena vida sexual previa, la probabilidad de perder capacidad de tener una erección con las semillas radioactivas fue de apenas el 2 por ciento, mientras que un hombre blanco extremadamente obeso de 70 años tendría un 58 por ciento de riesgo de volverse impotente con el mismo tratamiento.
"La función sexual es lo que más afecta el tratamiento del cáncer prostático", dijo el doctor Martin G. Sanda, director del Centro Prostático del Centro Médico Beth Israel Deaconess, en Boston, y director del estudio.
"Hasta ahora, no existía nada igual para estimar los efectos secundarios del tratamiento de cáncer prostático", expresó.
Sanda comentó que el próximo paso es facilitar el acceso a estas fórmulas de cálculo con, por ejemplo, una herramienta de internet, y extenderlas a otros efectos adversos, como la incontinencia.
FUENTE: Journal of the American Medical Association, 20 de septiembre del 2011
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