El periodismo casi siempre ha sido incómodo para los gobiernos. Con los asesinatos de 12 reporteros en México, los repetidos acosos y las leyes restrictivas, el ejercicio de esta profesión se ha tornado sombrío en Latinoamerica. Para el presidente de la SIP, Milton Coleman, "la violencia es el principal enemigo de los periodistas"
Asesinatos, amenazas, acoso, leyes restrictivas, demandas, censura, cierres, multas millonarias y arbitrariedades en el reparto publicitario ensombrecen el panorama de la libertad de prensa en América Latina, según coinciden en señalar organismos internacionales y organizaciones de periodistas.
El crimen organizado es señalado como el mayor, aunque no el único, generador de la violencia que sufren los periodistas latinoamericanos, pero además los poderes legalmente constituidos son denunciados por acosar a los medios, como ha hecho hoy el grupo argentino Clarín, y por atentar contra la libertad de prensa.
El mayor grupo argentino de medios de comunicación acusa al Gobierno de Cristina Fernández de estar detrás de la intervención judicial de una de sus empresas, la operadora de televisión por cable Cablevisión, cuya sede en Buenos Aires fue allanada este martes por medio centenar de gendarmes.
La orden fue dictada por un juez en razón de una demanda por monopolio planteada por Supercanal, el principal competidor de Cablevisión, pero Clarín la califica de "una nueva embestida" del Gobierno, que niega tener algo que ver en el asunto.
El argentino no es el único gobierno latinoamericano enfrentado al llamado "cuarto poder", casi siempre incómodo para el "primero".
En Ecuador y Venezuela ha habido casos sonados, como la demanda del presidente ecuatoriano, Rafael Correa, al diario El Universo o las medidas del Gobierno del presidente venezolano, Hugo Chávez, contra Radio Caracas Televisión y Globovisión.
Sin embargo, el país más peligroso del mundo para ejercer el periodismo es México, según la Campaña Emblema de Prensa, una ONG con estatuto consultivo de la ONU fundada en 2004.
En su último informe, divulgado el 19 de diciembre en Ginebra, esta organización cifra en "al menos 12" los periodistas asesinados este año en México, un país en jaque por la violencia generada por los carteles de la droga y por la lucha de éstos contra las fuerzas de seguridad empeñadas en doblegarlos.
Brasil y Honduras, con seis asesinatos de comunicadores cada uno en 2011, y Perú, con tres, ocupan lugares destacados en la lista negra de la Campaña Emblema de Prensa (CEP).
Las cifras de asesinatos de la CEP difieren de las de los informes de entidades y organismos como la Sociedad Interamericana de Prensa (CIP) o el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ), pero las tres coinciden en el uso de adjetivos como "inquietante" o "preocupante" para definir la situación.
Un dato positivo, aunque no para lecturas triunfalistas, es que de los 179 periodistas que, según CPJ, están encarcelados actualmente en el mundo ningún caso corresponde a América Latina.
El coordinador de la sección para las Américas de CPJ, Carlos Lauria, mencionó el caso de Cuba, donde el hecho de que hoy no haya periodistas encarcelados, dijo, "no significa que la situación haya mejorado", y lo atribuyó a un "cambio de táctica" por parte del régimen de los hermanos Castro, ya que siguen deteniendo a periodistas "por espacios cortos de tiempo".
Para el actual presidente de la SIP, Milton Coleman, editor del diario estadounidense The Washington Post, "la violencia es el principal enemigo de los periodistas".
Y la violencia en América Latina puede venir de varios frentes, no solo el de las organizaciones al margen de la ley. Muchos casos de comunicadores asesinados se vinculan a denuncias que hicieron de casos de corrupción en los poderes del Estado.
En Colombia, por ejemplo, la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) al informar de que ha habido un repunte de las amenazas contra periodistas o medios realizadas por miembros de bandas criminales y actores del conflicto armado.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) advirtió en noviembre que los periodistas que denunciaron "ataques sistemáticos" del Gobierno de Ecuador a la prensa en una audiencia sobre la libertad de expresión fueron luego "estigmatizados" a través de las cadenas oficiales de radio y televisión.
En la reunión fundacional de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), celebrada en Caracas a comienzos de este mes, el presidente Correa aseguró que sería "capaz de entregar la vida" por la libertad de expresión, pero que no hay que confundir ese derecho con el "abuso descarado" de los medios.
Además del "gravísimo problema planetario" que a su juicio representan los medios de comunicación privados, Correa denunció la existencia de una "sistemática campaña" por parte de "cierta prensa" ecuatoriana para "destruir" su reputación y "desestabilizar" a su Gobierno.
Las críticas a los medios unieron en la Cumbre de la CELAC a presidentes bolivarianos, como Correa, Evo Morales, de Bolivia, y Hugo Chávez, de Venezuela, con los conservadores Porfirio Lobo, de Honduras, y Ricardo Martinelli, de Panamá.
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, ha señalado por el contrario que prefiere "el ruido a veces doloroso de la prensa libre al silencio de las dictaduras".
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