SIMÓN BOCCANEGRA/TalCualDigital
Recuerda este minicronista aquella denuncia de Chacumbele, cuando todavía gozaba de un poco de credibilidad, "los gobiernos se la pasan de cumbre en cumbre, y los pueblos de abismo en abismo".
Denunciaba así la inoperancia de las cumbres, de los encuentros internacionales entre jefes de Estado, les restaba cualquier posibilidad de eficacia. Pero con el paso del tiempo, tanto dentro del país como internacionalmente, comenzaba a actuar como Cantinflas.
En Venezuela denunció como paquidérmica la existencia de catorce ministerios, y hoy pasan de treinta. Y aunque usted no lo crea, no sólo es el primer chicharrón en cualquier cumbre, sino destacado promotor de ellas, y hasta de cumbres paralelas. De igual modo, ha pasado de despotricar de los organismos internacionales, a luchar denodadamente por la creación de algunos y a pujar desesperadamente por ingresar a otros.Tal el caso del Mercosur.
Con su adarga y moderna espada, ambas con forma de barril, sale a recorrer el mundo buscando comprar lealtades y conciencias, sabiendo como decía Don Quijote que "poderoso caballero es Don Dinero". Con el ha logrado una alianza patética denominada ALBA, uno de cuyos conspicuos miembros ha sido acusado hasta de violación por su hijastra.
Con esa arma poderosa se ha convertido en un verdadero perturbador, y con ella ha planteado un chantaje insólito a los países miembros del Mercosur para que Venezuela sea admitida como miembro pleno, a pesar de la oposición presente en el Senado paraguayo, soberanamente electo por el pueblo de ese país.
Hasta en esto se ve la vocación autocrática de Esteban, la voluntad del pueblo sirve y se respeta si lo beneficia, de lo contrario puede tirarse a la basura, que no otra cosa es lo que se haría con el pueblo paraguayo.
Ya veremos cuánto pesa de verdad ese barril en el destino de los países miembros, algunos de los cuales no hacen asco de acostarse con el diablo si es preciso, siempre que ello conduzca al "vil metal".
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