Editorial Tal Cual
Con apenas horas de diferencia fallecieron el presidente de Corea del Norte, Kim Jong-il y el ex presidente checho Václav Havel.
Esas pocas horas entre ambas muertes, permiten reflexionar sobre las enormes diferencias políticas que ambos tenían. El primero, hijo de un dictador, heredero del "trono", y quien al morir lega a su hijo el gobierno de uno de los pocos países del mundo que mantiene un sistema comunista ortodoxo. Havel fue un luchador contra un gobierno dictatorial que había sido impuesto por la invasión de las tropas del Pacto de Varsovia y se convirtió en presidente de su país por el apoyo de sus conciudadanos.
El asiático, era comandante militar, jefe de los aparatos represivos de su gobierno. Acusado de violaciones permanentes a los derechos humanos de sus conciudadanos. Un dictador estalinista que ha sometido a su pueblo a padecer hambrunas permanentes. El europeo era un intelectual de alto vuelo que logró fama universal como poeta y escritor. Su lucha política la inició justamente para defender los derechos humanos y posteriormente tuvo destacada participación al enfrentar la invasión soviética a Checoslovaquia de 1968, lo que pagó con cárcel y la prohibición de la publicación de sus obras. El fallecido gobernante coreano promovía el armamentismo en su país, incluidas bombas atómicas y mantuvo en vilo la paz en esa parte del mundo durante buena parte de su gestión.
Havel, por su parte, encabezó y dirigió de manera democrática la separación de dos países, pues Checoeslovaquia se convirtió en la República Checa y Eslovaquia, todo ello sin que se disparara un solo tiro. Kim deja en el poder a su hijo, como lo hacían y hacen los monarcas, mientras que el checo entregó el mando cuando el cáncer lo inhabilitó para seguir ejerciéndolo, apegado a lo establecido en las leyes de su país. En resumen, el ex presidente checo fue todo un demócrata, mientras que el coreano un buen ejemplo del déspota que algunos pueblos tienen que sufrir. Ahora lo que nos llama la atención es que el gobierno del Caporal no haya dicho ni una sola palabra sobre la muerte de Havel como sí lo hizo, expresando sus condolencias en comunicado de la Cancillería, ante el fallecimiento de Kim. Nosotros no tenemos ninguna duda de que a Esteban le simpatiza mucho más el dictador que el demócrata. Eso es algo que viene demostrando con mucha sinceridad durante todos estos años, pero no estaba de más expresarle también sus condolencias al pueblo checo por la pérdida de su ex presidente. Tanta sinceridad nos abruma.
A diferencia de otro déspota desaparecido, Kim -al parecer- no recibió la espada de Bolívar. Bien por el Libertador.
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