SIMÓN BOCCANEGRA/TalCualDigital
Ahora resulta que el magistrado Eladio Aponte Aponte, anterior presidente de la Corte Marcial antes de escalar las cumbres del TSJ, resulta implicado, según denuncia que conoce el Consejo Moral Republicano, en conchupancias non sanctas con ese angelito llamado Walid Makled.
Aponte Aponte habría provisto de credenciales oficiales al pillo. Desde luego, presumamos su inocencia, por ahora, pero sin muchas ilusiones. La descomposición moral puesta de manifiesto por este régimen es tan pública y tan asqueante que no debería extrañarnos que la denuncia contra Aponte tenga pleno sustento.
Valga la ocasión para saber qué es de la vida del señor Makled. Colombia lo entregó y aquí se lo tragó la tierra. Un caso que ameritaba un juicio cuanto antes y además público, ha sido transformado en un misterio.
Ni siquiera se sabe dónde tienen metido a Makled. Este no es un delincuente “ordinario” sino un gran capo del narcotráfico, con varios asesinatos a cuestas, ejecutados por sus sicarios, entre otros el del ganadero Francisco Larrazábal y el del periodista Orel Sambrano, quien había establecido vínculos muy estrechos con altos funcionarios del régimen, en particular con el ex gobernador Acosta Carles.
Pues bien, no es impertinente especular que el juicio a Makled no camina porque el hombre sabe mucho y en su nómina hay mucha gente de los altos círculos gubernamentales. No habría sido Aponte Aponte el único.
Makled, pues, se ha vuelto una papa caliente, porque en definitiva el silencio sobre él en algún momento debe cesar. ¿Será porque están negociando el pillo y quienes lo tienen, a ver si el juicio sale descafeinado y Makled vuelve a la calle dentro de un tiempo prudencial? Todo es posible en Chacumbelandia.
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