Ayer la periodista Elvia Gómez, colega del diario El Universal, recordaba la entrevista que le hizo hace más de 3 años al filósofo Máximo Desiato sobre el acontecer venezolano. Lo hacía con la preocupación de quien ve en la oposición a quienes califican como "trapo rojo" cualquier avance del chavismo, mientras el gobierno sí va instalando su sistema y su Estado comunal.
Aquél diálogo de 2009 soltaba perlas que han sobrevivido al tiempo y siguen definiendo el proceso chavista: "Parece como si él estuviera jugando un partido de ajedrez y el rival no se da por aludido. Incluso cosas simbólicas, como cambiar los nombres, parecen no tener importancia"; "Cuando él habla de avanzar en la revolución, lo que va a hacer es cerrar los espacios que la clase media utiliza: centros comerciales, clubes, bienes que le dan algún tipo de significado a ese estilo de vida. A la gente hay que alertarle que lo que viene es comunismo bolchevique, que se apoya en el Ejército y que se desarrolla rápidamente en situaciones de escasez"; "o nos hemos vuelto estúpidos todos, lo que es poco creíble, o hay una estrategia opiácea para narcotizar a la clase media, haciéndole creer que la política no es importante"; "Cada vez que Chávez pierda una elección, va a sacar en la Asamblea Nacional una ley, una reforma, que aunque parezca legal, no es ética".
TalCualDigital
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