Por: VenEconomía
Aunque no debería ser motivo de festejo, si es importante poner la mirada en el aparente giro que pareciera estar dando Nicolás Maduro a la economía para apuntarla hacia el modelo chino. Un giro que va en concordancia con la apertura económica que viene adelantando tímidamente Raúl Castro desde hace dos años. Al menos eso es lo que podría inferirse de las acciones del gobierno durante las últimas semanas y meses.
Muchas de las últimas acciones del gobierno podrían concordar con un programa de ajustes ortodoxos sugerido desde el Fondo Monetario Internacional. En conjunto, son medidas que incluyen acciones para reducir gradualmente o eliminar los controles de precios, liberar el tipo de cambio y eliminar el exceso de liquidez y cancelar deudas vencidas, aunque faltarían otras más específicas orientadas a estimular la inversión privada.
Uno de estos ajustes es la eliminación de los subsidios sobre la venta de bienes básicos de consumo en Mercal y otras distribuidoras al detal del gobierno, lo que generó un fuerte impacto en los precios de los productos que se expenden en esa red estatal de entre 18% y 183% más de la noche a la mañana).
Otro ajuste es la aparente liberación del control de cambio, el cual estaría empezando a ajustarse gradualmente, o a ser desmontado en forma gradual, a través del SICAD I y SICAD II. Así como el haber despenalizado el mercado paralelo. Además, el gobierno parece estar haciendo un esfuerzo sincero para negociar acuerdos para el pago de las obligaciones vencidas de Cadivi, los cuales supuestamente incluirán pagos parciales en bonos.
Un tercer paso en la ruta hacia el modelo chino es que el gobierno parece querer controlar el exceso de liquidez: 1) Obligó a los bancos a aumentar el encaje legal dos puntos, hasta 21,5% desde el 1º de abril. 2) Creó un nuevo instrumento de inversión “Directo BCV” para personas naturales, a través del cual pueden invertir hasta Bs.30.000 por 90 días al 16,5% y por 180 días al 17%, tasas similares a las activas de la banca nacional y al menos dos puntos por encima de la tasa pasiva de 14,5%.
Un cuarto paso en este giro serían los planes del BCV de aumentar las tasas activas y pasivas al menos dos puntos porcentuales, las cuales tasas han permanecido por cinco años básicamente estables en términos de bolívares corrientes.
El quinto paso ya lo habría dado, pues como señala el experto económico Francisco Rodríguez en un estudio especial para Merrill Lynch, el gobierno aparentemente “estabilizó las cuentas externas del país y su posición en activos netos” y que “los principales costos (de un ajuste interno) ya habrían sido pagados”.
El sexto y séptimo paso los daría con una eventual eliminación del subsidio al servicio eléctrico (lo que representa alrededor de 80% de lo que debería ser la tarifa) y un posible incremento del precio de la gasolina, una medida largamente insinuada y más largamente pospuesta.
Lamentablemente, al igual que sucede en China y en Cuba, esta apertura es acompañada por un estrangulamiento de los derechos políticos y las libertades ciudadanas, por la ausencia de un Estado de Derecho, la inexistencia de un sistema de justicia imparcial, por una agigantada represión y por una ya sistemática violación a los Derechos Humanos.
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