Con el número de generales y almirantes que tiene nuestra Fuerza Armada se podrían crear hasta dos batallones y todavía sobran. Son unos 2000, en números redondos, los generales de brigada y de división, así como vicealmirantes.
SIMÓN BOCCANEGRA/TALCUALDIGITAL
Con el número de generales y almirantes que tiene nuestra Fuerza Armada se podrían crear hasta dos batallones y todavía sobran. Son unos 2000, en números redondos, los generales de brigada y de división, así como vicealmirantes.
Aunque no existen normas internacionales estándar sobre la relación entre el número de generales y el de soldados, en general se da una proporción, digamos de sentido común, entre los oficiales de mayor rango y la tropa.
Así, por ejemplo, en Santo Domingo, país de fuerte tradición militar y militarista, hay un general por cada mil hombres de tropa. Si aquí guardáramos la misma proporción, para una FAN que cuenta con 150 mil integrantes entre todos sus componentes, debería haber, cuando mucho, 150 generales y almirantes.
Pero un número más acorde con el organigrama de la FAN, de acuerdo a la cantidad de divisiones y brigadas existentes, entre 35 o 40 oficiales de ese rango serían más que suficientes para comandar esas estructuras. Por cierto que el ascenso a general no pasa por la Asamblea Nacional.
La lealtad al proceso chavomadurista tiene su recompensa. Por supuesto, la sobrecarga de generales y almirantes conduce a que bastantes de ellos desempeñen funciones que nada tienen que ver con la conducción castrense. Algunos hay trabajando hasta como bibliotecarios.
Ademàs que muchos de estos generales, en funciones en entes o empresas del Estado, han demostrado poca capacidad gerencial. En definitiva, ni la FAN se salva en nuestro país del fenómeno de una administración pública paquidérmica.
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