Desde hace algunos años, Duke tenía que caminar sin su pata delantera derecha. En aquella ocasión, los veterinarios habían tenido que amputársela pues corría el riesgo de que su tumor óseo se propagara hacia el resto de su cuerpo.
Y lamentablemente así ha sido. Pasó algún tiempo, pasó la cirugía y la quimioterapia, pero la enfermedad reapareció en forma de tumores diseminados por todo su organismo. No le quedaba a la familia otra opción: una dura decisión debía ser tomada.
De acuerdo a la serie de imágenes que tomó la fotógrafa Robyn Arouty, de Houston, Texas, del último día de Duke entre sus seres queridos, es evidente que ese hermoso labrador de color negro mermaba cada día ante el avance de su enfermedad.
Jordan Roberts, la propietaria del perro, acudió a esta fotógrafa local para eternizar sus últimas horas, en casa, junto a sus amigos, ante un plato de amburguesas y finalmente en un parque, donde Duke fue finalmente "dormido”, como eufemísticamente, para quitarle peso y dolor, llamamos a este paso.
A pesar de lo doloroso de este momento, o tal vez para soportar de mejor manera el duelo que el sacrificio de Duke implica, su familia adoptiva pidió a Arouty que publicara algunas de estas fotos en su blog personal, pero ella misma ha sido la primera en sorprenderse ante la avalancha de mensajes que ha recibido y hasta la cobertura mediática a la que ha tenido que hacer frente.
No esperaba, pues, Robyn Arouty que sus imágenes desbordaran las redes sociales ni que tanta, pero tanta gente se solidarizara con la historia de Duke y de sus propietarios.
"Yo estaba allí para dar apoyo moral y traje mi cámara conmigo", escribió Arouty, según Global News. "Cuando entré y vi las hamburguesas sabía que algunas cosas especiales estaban a punto de suceder".
Por su parte, Jordan Roberts declaró: "Duke se unió a nuestra familia cuando estábamos esperando nuestro primer hijo. Poco después del primer cumpleaños de nuestra hija, fue diagnosticado con osteosarcoma. Rápidamente se le sometió a una cirugía, para eliminar la pierna, y luego se le dio quimioterapia”.
Roberts ha anotado que tras el nacimiento de su segundo hijo, Duke presentó una inflamación en el hombro de la misma pata amputada, tras lo cual los veterinarios le diagnosticaron un hemangiosarcoma. “Su tumor estaba creciendo rápidamente y nos quedamos sin opciones”.
Más adelante, de acuerdo con Global News, su propietario agregó: “Tuvimos problemas con la decisión de dejar ir a Duke, pero al final hicimos todo lo posible para protegerlo del avance del dolor. Con la ayuda de nuestros amigos, Duke tuvo un hermoso día lleno de amor y de felicidad. Todos deberíamos ser tan afortunados como él".
Mientras tanto, en su propio blog, Robyn Arouty sopesa la connotación de sus fotos, justo tres días después de la muerte de Duke: “Hasta la fecha, más de 100.000 personas de todo el mundo han visitado mi sitio web para leer su historia. Esto ha llegado a muchas vidas de las más profundas maneras. (…) Ayer recibí un correo electrónico del editor de una página muy popular del Reino Unido, quien me dijo: "He estado sentado en mi escritorio llorando como un bebé ante este post." Y luego me preguntó si podía compartir la historia”.
Compartámosla, pues. Ya que todos hemos tenido un Duke en algún momento.
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