Fue en la década de los sesenta -en 1965, para ser más exactos- que Álvarez (Caracas, 2 de agosto de 1944) decidió regresar a Venezuela tras pasar un tiempo en la ciudad de Boston, Estados Unidos, a donde se había marchado para estudiar producción de radio.
Y a su llegada descubre que en Caracas se ha armado toda una movida musical con bandas de rock and roll como Los Darts, y programas de televisión dedicados al género. Así que decide reunirse con su amigo Jorge Chapellín y fundar su propio grupo.
"Los Supersónicos ya habián pasado su época pico, Los Impala aún sonaban pero eran unos malandros, como los hermanos mayores, como The Rolling Stones ... Las muchachas lo que buscaban era algo como The Beatles, algo bonito y decían, respecto a Los Impala: 'Pero ellos no son buen mozos'. Y si no eras buen mozo, chao, así tocaras muy bien ...", llegó a decir Manuel Álvarez en una ocasión .
Lo cierto es que "Manolo", quien ya había logrado convocar a cuatro músicos, aceptaron el consejo del locutor y discjockey Eduardo Morell de versionar un tema de Eddie Cochran. "Un tema pavosísimo sobre un choque, un muerto y una lloradera", según Álvarez, pero que se convirtió en un verdadero suceso musical, El último beso, y en el inicio de una era dorada: la era de Los 007.
El nombre de la banda lo aportó el propio Álvarez, quien la bautizó Los 007 para evitar colocarle algún nombre de animal o de carro. Y ahí estaban José Galpasoro (primera guitarra y voz), Javier Atance (bajo y voz), Guillermo Berincua, guitarra y voz, Manolo Álvarez (batería y voz) y Jorge Chapellín (voz líder).
En los últimos años, además de sus presentaciones con Los 007, Manuel Álvarez se dedicó a la producción musical, a la conducción del programa radial Desde el comienzo y, además, a instruir a jóvenes músicos.
Cort. El Universal
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