Foto: AFP
Bogotá, 6 feb (EFE).- La costarricense Laura Chinchilla, candidata del socialdemócrata Partido Liberación Nacional, puede recibir mañana en las urnas el "pasaporte" para ser la décima mujer que llega a la jefatura del Estado en la historia de América.
Chinchilla es la favorita en las elecciones que se celebran este domingo en Costa Rica, en las que tiene como rivales a Otto Guevara Guth, del derechista Movimiento Libertario (ML) y a Ottón Solís, del centro-izquierdista Partido Acción Ciudadana (PAC).
Considerada la discípula del actual presidente, Óscar Arias, Chinchilla (1959) es graduada en Ciencias Políticas de la Universidad de Costa Rica, tiene un máster en Políticas Públicas de la Universidad de Georgetown y entre sus éxitos destacan el haber sido vicepresidenta, ministra de Justicia y ministra de Seguridad.
En América, la historia de las jefaturas de Estado encabezadas por mujeres tiene su origen en la argentina María Estela Martínez, "Isabelita", nacida en 1931 y tercera esposa del tres veces mandatario Juan Domingo Perón.
Tras la muerte de su cónyuge, "Isabelita", quien ganó la vicepresidencia en las elecciones de 1973, a las que se presentó como compañera de fórmula de Perón, asumió automáticamente la Presidencia el 1 de julio de 1974.
Los 20 meses y unos días que estuvo como gobernante hasta el golpe militar de marzo de 1976 fueron la antesala de uno de los periodos más oscuros de la historia de Argentina.
La justicia de su país quiso juzgarla por delitos de lesa humanidad, pero la de España, donde reside desde 1981, no autorizó su extradición y en 2008 acabó su "martirio", como dijo uno de sus abogados, Humberto Linares Fontaine.
En los mismos tiempos turbulentos gobernó la segunda presidenta americana, la boliviana Lidia Gueiler (1924).
Gueiler era presidenta de la Cámara de Diputados cuando el Congreso de su país la designó jefa de Estado en 1979 para reemplazar al coronel Alberto Natusch, quien había derrocado a Wálter Guevara Arce mediante un sangriento golpe de Estado, pero solo estuvo dos semanas en el cargo.
Durante su corto mandato, de menos de un año, Gueiler estuvo a punto de ser asesinada por un militar borracho dentro del palacio presidencial. Ocho meses después de haber asumido, el general Luis García Meza dio un golpe de Estado y la mandó al exilio.
La tercera de la lista es la haitiana Ertha Pascal-Trouillot, nacida en 1943, era jueza de la Corte Suprema cuando los militares que dieron un golpe de Estado le entregaron la Presidencia en marzo de 1990 para que convocara a elecciones.
En febrero de 1991 Pascal-Trouillot traspasó el mando a Jean Bertrand Aristide, ganador de los comicios celebrados en noviembre en el país caribeño.
La pionera americana en derrotar a los hombres en las urnas y cuarta en llegar al poder en la historia del continente es la nicaragüense Violeta Barrios de Chamorro (1929).
Con el 54,7 por ciento de los votos, Violeta, viuda del periodista Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, asesinado por los somocistas, derrotó en las elecciones de febrero de 1990 a Daniel Ortega, quien buscaba entonces la reelección y hoy es de nuevo el mandatario de Nicaragua.
Distinto fue el caso de Rosalía Arteaga (1956), quien gobernó Ecuador por 48 horas en febrero de 1997, tras el derrocamiento de Abdalá Bucaram, de quien era vicepresidenta, hecho que le valió el calificativo de "La breve".
El Congreso la nombró jefa de Estado "temporal" y renunció antes de que se eligiera en el cargo a Fabián Alarcón.
La guayanesa Janet Jagan, nacida en 1920 y fallecida en 2009, compartió con "Isabelita" Martínez y la también argentina Cristina Fernández de Kirchner el haber sido primera dama antes que presidenta.
Jagan, quien fue mandataria constitucional de 1997 a 1999, cuando renunció al cargo por razones de salud, fue primera ministra y como su esposo, el ex presidente Cheddi Jagan, militó en el comunismo.
La siguiente fue Mireya Moscoso (1946), viuda de Arnulfo Arias Madrid, quien antes de casarse con ella había sido presidente del país en tres ocasiones.
Moscoso ganó las elecciones de mayo de 1999 y gobernó Panamá desde septiembre de ese año hasta el mismo mes de 2004.
La octava mujer en llevar su fuerza al Gobierno en América fue la socialista chilena Michelle Bachelet (1951), quien llegó a la Presidencia en marzo de 2006 tras derrotar en las urnas a Sebastián Piñera, a quien precisamente en marzo de este año entregará la banda como ganador de las últimas elecciones.
Hija de un general que se mantuvo fiel a Salvador Allende después del golpe de Augusto Pinochet (1973) y que murió tras recibir torturas, la propia Bachelet padeció prisión y tormento. Deja la Presidencia con una popularidad de más del 80%.
Argentina también escogió a una mujer para dirigir su destino en sus últimas elecciones presidenciales.
La peronista Cristina Fernández (1953) recibió en diciembre de 2007 la banda presidencial de manos de su esposo, el ex gobernante Néstor Kirchner, y aún no ha terminado su mandato.
En Estados Unidos aún no ha habido una mujer en la Casa Blanca. La que más cerca ha estado de serlo es Hillary Clinton, esposa del ex gobernante Bill Clinton, quien peleó la candidatura demócrata con Barack Obama en las presidenciales de 2008 y hoy es secretaria de Estado.
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