Por JUAN O. TAMAYO/jtamayo@elnuevoherald.com
Agentes de la Seguridad del Estado, policías y turbas pro gubernamentales rompieron violentamente el miércoles en La Habana una marcha de protesta de las Damas de Blanco --esposas y familiares de presos políticos-- y se las llevaron en autobuses.
Miembros de las Damas de Blanco afirmaron que los agentes y los civiles las golpearon, les halaron el pelo, las insultaron y les dijeron obscenidades.
Fotos del incidente muestran a dos de las mujeres siendo arrastradas por las manos y a otra inmovilizada con una llave en el cuello por una miembro del Ministerio del Interior cuando se resistían a montar en los autobuses.
Varias de las mujeres, incluyendo a la madre de Orlando Zapata Tamayo, el preso político que murió el mes pasado tras una prolongada huelga de hambre, fueron a un hospital para ser tratadas y pedirle a los médicos que certificaran sus magulladuras.
Según declaraciones de Laura Pollán, líder de las Damas de Blanco, a la página de internet Diario de Cuba, los médicos indicaron Rayos X a cinco mujeres. La propia Pollán tiene un brazo enyesado desde un dedo hasta el codo.
Afirmó que una de las Damas de Blanco, Mayra Morejón, fue remitida a cirugía, pues ‘‘presenta una contusión en el cuello, muy cerca del cerebro''.
Otras tres mujeres están usando cabestrillos y una tiene un "fuerte golpe en un ojo'', amplió Diario de Cuba. Los médicos, que no entregaron certificados, dijeron que había que inyectarlas para mitigar el dolor, pero las Damas de Blanco se negaron.
Pollán fue al hospital por un posible dedo fracturado, informó Soler. Reina Luisa Tamayo, la madre de Zapata Tamayo, sufre de ansiedad y fue a tomarse la presión.
"Ha habido mucha violencia en el día de hoy'', declaró con voz cansada a El Nuevo Herald Alejandrina García, esposa de Diosdado González Marrero, que cumple una condena de 20 años.
Fue el segundo día consecutivo en que las fuerzas del gobierno hostigaron a las Damas de Blanco, que están protagonizando una semana de marchas callejeras y otros eventos para marcar el aniversario del encarcelamiento de 75 disidentes en el 2003. Aparentemente, el incidente del martes sólo había implicado agresiones verbales.
El ataque del viernes fue mucho más duro, sin embargo. García dijo haberse sentido asombrada de la forma "muy descompuesta y muy violenta'' en que fueron tratadas por unos 100 policías de uniforme y civil, así como por agentes del Ministerio del Interior, muchos de ellos mujeres, y unos 200 civiles.
Los agentes de Seguridad del Estado golpearon a algunas de la las mujeres con los llamados "golpes técnicos'', indicó Berta Soler, miembro de las Damas de Blanco, refiriéndose a golpes tipo karate que se supone no dejen marcas.
"Algunas de nosotras fuimos arrastradas y metidas a golpes'' en los autobuses por agentes de la Seguridad, añadió Soler por teléfono, mientras que los civiles les halaban los pelo, las pellizcaban y les gritaban consignas gubernamentales e insultos a pocas pulgadas de sus caras.
Soler precisó que unas 45 miembros de las Damas de Blanco se habían reunido el miércoles para una misa a las 11 a.m. en la iglesia de Santa Bárbara, en Párraga, en el sur de La Habana, para honrar a Zapata y al disidente Guillermo Fariñas, que está en huelga de hambre demandando la liberación de presos políticos.
Las mujeres, con sus tradicionales ropas blancas y flores en la mano, marcharon varias cuadras hacia la casa del disidente Orlando Fundora, quien también --se ha informado-- está en huelga de hambre, mientras algunas coreaban: "¡Libertad, libertad!''
La turba pro gubernamental les gritó por el camino, hasta que los agentes uniformados las rodearon y les pidieron que montaran en los autobuses. Cuando ellas rehusaron subir, fueron arrastradas a la fuerza, explicó Soler.
García dijo que algunos de los agentes de la Seguridad en los autobuses les gritaban obscenidades y se agarraban las portañuelas antes dejar a las mujeres en la casa de Pollán, en el centro de La Habana.
Pollán dijo que el viaje en autobús era equivalente a un "secuestro'' y que las mujeres volverían a marchar el jueves.
García confesó sentirse sorprendida por la violencia porque Párraga está lejos de cualquier lugar de importancia política --como la Plaza de la Revolución--, donde el gobierno ha insistido en que no permitirá protestas de disidentes.
El martes, las mujeres habían marchado a la oficialista Unión de Periodistas de Cuba, donde demandaron que sus miembros informaran sobre 53 de los disidentes detenidos en el 2003 que todavía están encarcelados. Otros 22 han sido puestos en libertad condicional por problemas de salud.
El incidente del miércoles causó fuertes críticas por parte de miembros floridanos del Congreso de Estados Unidos. El senador republicano George Lemieux lo calificó como un "espantoso acto de cobardía'' y una señal de que el gobierno cubano "está cada vez más desesperado cuando el pueblo [. . .] valientemente demanda respeto para los derechos humanos''.
La representante republicana Ileana Ros-Lehtinen afirmó que era "escandaloso que una marcha pacífica de las Damas de Blanco hubiera provocado una respuesta tan despiadada''.
La Fundación Nacional Cubano Americana condenó la "agresión brutal'' contra las mujeres por "turbas organizadas por el régimen castrista, combinadas con agentes uniformados de la policía y el Ministerio del Interior''.
"Especialmente, reclamamos una respuesta firme y solidaria de la administración del presidente Barack Obama, cuyo silencio en estos días trágicos para el pueblo cubano desdice de su promesa de apoyarlo en su reclamo de libertad'', agregó un comunicado de la Fundación.
Por su parte, la Asamblea de la Resistencia Cubana en Miami emitió una declaración urgiendo al los cubanos exiliados para que apoyen a los disidentes en la isla.
"La pregunta es: ¿qué más podemos hacer los cubanos? ¿Cuál es el llamado que nos hacen mártires como Orlando Zapata Tamayo y todos los que han ofrendado sus vidas en aras de la libertad? La respuesta es la acción'', indicó la organización en un comunicado.
Tomada de: El Nuevo Herald
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