SCZ/Globovisión
En un trabajo publicado a través de su página web la Universidad del Zulia asegura que el Relámpago de Catatumbo sufre una desaparición normal para esta época.
Lea la nota:
El Relámpago del Catatumbo no desaparecerá. Según las investigaciones sistemáticas que desde hace más de una década efectúa el Centro de Modelado Científico (CMC) de la Universidad del Zulia, se ha notado que este fenómeno natural presenta un mínimo de actividad todos los años en esta época.
De esta manera, LUZ desmiente el rumor de su posible desaparición e informa a la población para calmar la alerta nacional e internacional que ha circulado por los medios de comunicación durante los últimos días.
Ángel Muñoz, investigador del CMC y profesor del Departamento de Física de la Facultad Experimental de Ciencias, explica que no deben sacarse conclusiones con base sólo en la observación humana ocasional o en referencias anecdóticas, sino que debe existir un estudio constante que muestre pruebas fundamentadas, como las obtenidas por este centro de investigación al emplear los datos satelitales disponibles por el proyecto LIS del satélite de la NASA TRMM, debido a que se trata de una región muy extensa para mantener observadores permanentemente.
El sitio de Lightning and Atmospheric Electricity Research muestra que ocurrieron eventos detectables por el instrumento los días 24 y 27 de diciembre de 2009, de modo que hay evidencia palpable de que por lo menos hace unos 60 días hubo actividad que puede asociarse, por su actividad característica y ubicación, con la de los relámpagos del Catatumbo.
“Los inicios de cada año corresponden al período de sequía en Venezuela, y los estudios muestran que precisamente para estos meses la actividad electroatmosférica es mínima, comparada con los máximos que se aprecian hacia abril-mayo o septiembre-octubre de cada año, aproximadamente. Teniendo en Venezuela una sequía tan marcada, no es de extrañar que los relámpagos casi no se dejen ver, pero de ahí a desaparecer hay un trecho bastante largo”, agrega Muñoz.
Por el contrario, existe evidencia científica de que, en lugar de lo que comúnmente se cree, el número de relámpagos en el occidente de Venezuela ha ido en aumento; no se refiere sólo a los relámpagos del Catatumbo, sino a todos los relámpagos de la zona: un estudio desarrollado por el Centro muestra que entre 1995 y 2005 el número de “eventos” en la región se ha más que duplicado.
Otra aclaratoria de Muñoz tiene que ver con la presunción de que el relámpago es un principal regenerador de la capa de ozono: "El ozono que produce este fascinante fenómeno -explica- ocurre en la capa más baja de la atmósfera, en el mejor de los casos a unos 18 kilómétros de altura sobre el nivel del mar, y, tendiendo a transformarse en otros compuestos en cuestión de horas, es bastante difícil que pueda ascender intacto hasta la altura de la capa de ozono, que está a unos 24 kilómetros sobre el nivel del mar, lo que podría tardar unos 6 meses", por lo tanto es poco probable el efecto regenerador que se le atribuye.
El Centro de Modelado Científico trabaja para ofrecer datos sobre fechas más recientes en las que se han observado los relámpagos. Éstos se podrán a disposición prontamente a través del sitio http://www.cmc.org.ve/proyectos/Tierra/catatumbo.html, en el cual se esperan colocar imágenes producidas por un nuevo detector de descargas eléctricas que el CMC dirigirá el próximo mes y pondrá a funcionar sincronizadamente con el Centro Virtual de Meteorología (CvM) del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (Ivic).
De esta manera, LUZ desmiente el rumor de su posible desaparición e informa a la población para calmar la alerta nacional e internacional que ha circulado por los medios de comunicación durante los últimos días.
Ángel Muñoz, investigador del CMC y profesor del Departamento de Física de la Facultad Experimental de Ciencias, explica que no deben sacarse conclusiones con base sólo en la observación humana ocasional o en referencias anecdóticas, sino que debe existir un estudio constante que muestre pruebas fundamentadas, como las obtenidas por este centro de investigación al emplear los datos satelitales disponibles por el proyecto LIS del satélite de la NASA TRMM, debido a que se trata de una región muy extensa para mantener observadores permanentemente.
El sitio de Lightning and Atmospheric Electricity Research muestra que ocurrieron eventos detectables por el instrumento los días 24 y 27 de diciembre de 2009, de modo que hay evidencia palpable de que por lo menos hace unos 60 días hubo actividad que puede asociarse, por su actividad característica y ubicación, con la de los relámpagos del Catatumbo.
“Los inicios de cada año corresponden al período de sequía en Venezuela, y los estudios muestran que precisamente para estos meses la actividad electroatmosférica es mínima, comparada con los máximos que se aprecian hacia abril-mayo o septiembre-octubre de cada año, aproximadamente. Teniendo en Venezuela una sequía tan marcada, no es de extrañar que los relámpagos casi no se dejen ver, pero de ahí a desaparecer hay un trecho bastante largo”, agrega Muñoz.
Por el contrario, existe evidencia científica de que, en lugar de lo que comúnmente se cree, el número de relámpagos en el occidente de Venezuela ha ido en aumento; no se refiere sólo a los relámpagos del Catatumbo, sino a todos los relámpagos de la zona: un estudio desarrollado por el Centro muestra que entre 1995 y 2005 el número de “eventos” en la región se ha más que duplicado.
Otra aclaratoria de Muñoz tiene que ver con la presunción de que el relámpago es un principal regenerador de la capa de ozono: "El ozono que produce este fascinante fenómeno -explica- ocurre en la capa más baja de la atmósfera, en el mejor de los casos a unos 18 kilómétros de altura sobre el nivel del mar, y, tendiendo a transformarse en otros compuestos en cuestión de horas, es bastante difícil que pueda ascender intacto hasta la altura de la capa de ozono, que está a unos 24 kilómetros sobre el nivel del mar, lo que podría tardar unos 6 meses", por lo tanto es poco probable el efecto regenerador que se le atribuye.
El Centro de Modelado Científico trabaja para ofrecer datos sobre fechas más recientes en las que se han observado los relámpagos. Éstos se podrán a disposición prontamente a través del sitio http://www.cmc.org.ve/proyectos/Tierra/catatumbo.html, en el cual se esperan colocar imágenes producidas por un nuevo detector de descargas eléctricas que el CMC dirigirá el próximo mes y pondrá a funcionar sincronizadamente con el Centro Virtual de Meteorología (CvM) del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (Ivic).
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