Muchos acaso podrán imaginar que se trata de otra de las innovaciones en las campañas educativas de tránsito. Pero no, es simplemente una realidad permanente en el propio centro de San Cristóbal, cuando casi todos los días los perros realengos, que también abundan en la zona comercial, se pasean libremente por calles y avenidas, pero, quizás para ilustrar a los peatones desobedientes, estos canes por intuición cruzan las vías por la zona de seguridad.
Cortesía de: La Nación
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