Sí, mi comandante-presidente. Los tengo aquí al lado en la mesa del restaurante. ¿De qué van a estar hablando, mi líder?De las mismas pistoladas de siempre.
Que si lo sacaron de la cama a punta de pistola; que el sueldo que ganan no les alcanza; que cuando van a Miraflores los reciben por la puerta de atrás, porque según y que usted dice son unos pavosos.
Sí, enseguida, mi Presi. Pido la cuenta, les digo que me disculpen que voy al baño y les dejo el pelero. Nos vemos en cinco minutos. Sin ellos, claro está. Seguro.
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