La suspensión se produce en el marco de un paro contra la exportación del gas a México en Cusco, Arequipa y Tacna, y se prevé que el servicio se reanude el sábado, dijo a la AFP, Catherine Lanseros, responsable de comunicación de Perú Rail, la principal compañía ferroviaria de capitales británicos.
Perú Rail evacuó el miércoles antes del paro a cerca de medio millar de turistas de Machu Picchu a Cusco, la antigua capital del imperio inca ubicada a 120 kms.
Las dos compañías ferroviarias que operan en Machu Picchu habían anunciado desde principios de semana que suspenderían sus servicios, como medida de seguridad para evitar exponer a los turistas a actos de violencia, como el bloqueo de la vía.
La suspensión cayó mal al gobierno, que culpó a las autoridades políticas del Cusco de aprovechar la huelga con fines electorales.
"Hoy (jueves) y el viernes no correrá el tren entre Cusco y Machu Picchu y eso tendrá un efecto negativo sobre el turismo", dijo el ministro de Turismo, Martín Pérez.
"Los turistas desisten de viajar cuando ven calles bloqueadas y se generan cancelaciones", acotó Pérez, quien resaltó que convocar turistas extranjeros en ese contexto (de protestas sociales) es difícil.
El ministro deploró la medida de fuerza en momentos que Perú intenta recuperar un mercado que cayó entre febrero y abril por la destrucción de la vía férrea por lluvias en enero.
Pérez anunció además que a fines de junio se restablecerá por completo la vía ferroviaria entre Cusco y Machu Picchu, cuando terminen los trabajos de reparación de los tramos afectados por derrumbes.
En la actualidad los turistas se movilizan en bus y en tren para llegar a Machu Picchu, la mítica ciudadela pétrea inca del siglo XV.
Cusco vive del turismo y el mercado está en 80% de su capacidad, tras haber caído a 65% en el primer trimestre del año por la suspensión del servicio de trenes entre febrero y mayo.
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