Santos promete continuar las políticas del presidente saliente Alvaro Uribe y ha hecho énfasis a lo largo de su campaña en la necesidad de mantener la "seguridad democrática" de combate frontal a las guerrillas, mostrándose como el "hombre duro" capaz de llevarla adelante.
En esa línea, Santos, del Partido Social de la Unidad nacional (La U, derecha), anunció que de ganar la presidencia mantendrá la política de rescate de secuestrados y rechazó cualquier posibilidad de canje de rehenes por guerrilleros presos, como plantean las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
"Los electores se definieron en la primera vuelta (del 30 de mayo) y le apostaron nuevamente a la agenda de la seguridad democrática del presidente Uribe. Obviamente, este rescate fortalece esa candidatura", opinó León Valencia, de la organización Nuevo Arcoiris, que estudia el conflicto armado.
"En un momento de la campaña electoral se pensó que la agenda iba a cambiar un poco hacia los temas de corrupción. Pero fue una ilusión, la gente pensó que la seguridad es lo principal", añadió Valencia.
Para Alejo Vargas, politólogo de la Universidad Nacional, este rescate "fortalecerá aún más la candidatura de Santos", de quien las encuestas preveían que en el balotaje podría duplicar la votación de su rival, el independiente Antanas Mockus (Partido Verde), "pero que ahora tendrá una diferencia aún mayor".
Santos fue ministro de Defensa de Uribe entre 2006 y 2009, cuando renunció a ese cargo para poder postular a las elecciones de este año.
En 2008 dirigió la "Operación Jaque", con la cual fueron rescatados la ex candidata a la presidencia Ingrid Betancourt, tres estadounidenses y once policías y militares.
Ese mismo año, las fuerzas de seguridad bombardearon un campamento de las izquierdistas FARC en Ecuador, en una operación en la que murieron 25 personas, entre ellas el número dos de la guerrilla, Raúl Reyes.
Santos también dio en 2008 la primicia de la muerte por causas naturales de Manuel Marulanda "Tirofijo", legendario fundador de las FARC, demostrando con ello la penetración de los servicios de inteligencia en la guerrilla, que días después confirmó esa noticia.
En ese contexto, el rescate de los cuatro uniformados que más tiempo llevaban en cautiverio aparece como muy oportuno de cara a la segunda vuelta presidencial, que este domingo disputarán entre Santos y Mockus.
"Se trata de una operación que se había preparado desde hace tiempo y que se tenía reservada para estos días. Puede disminuir la abstención, despertando el entusiasmo de los electores, y se reflejará en la votación por Santos", consideró el analista Rubén Sánchez, de la Universidad del Rosario.
Valencia, en tanto, refirió que operativos como la "Operación Camaleón", como se ha llamado al rescate de los cuatro uniformados, "son largamente preparados, y no se puede descartar que haya sido pensado para coincidir con el evento electoral".
"Uribe y su coalición de gobierno han sido muy hábiles para golpear a la guerrilla y para usar esos golpes políticamente", dijo.
Sin embargo, Sánchez descartó que el operativo incida en una disminución de la votación de Mockus, quien en la primera vuelta consiguió 21,5% (3,1 millones de votos), frente a 46,6% (6,7 millones) de Santos.
"Los votos de Mockus ya son suyos, y se trata de una protesta muy abierta y consciente frente a la candidatura de Santos. No deberían bajar", señaló.
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