Por EFE/Bogotá
Bogotá, 4 ago (EFE).- Mejorar las relaciones diplomáticas con los vecinos, acabar con las FARC y dar el paso definitivo para concluir el conflicto armado, y superar la desigualdad económica y social son los retos que afrontará Juan Manuel Santos cuando el próximo sábado se convierta en el 62 presidente de Colombia.
Para los analistas, el principal desafío es el "rescate de la política exterior" como consecuencia de la ruptura de las relaciones diplomáticas con Venezuela y Ecuador durante el Gobierno de su antecesor, Álvaro Uribe.
"La política exterior colombiana está en un plan de rescate del protagonismo de Colombia a nivel internacional", dijo a Efe el politólogo Fernando Giraldo, de la Universidad Javeriana.
Ecuador rompió las relaciones en marzo de 2008 tras el bombardeo colombiano a un campamento de las FARC en su territorio, mientras que Venezuela lo hizo el 22 de julio pasado después de que el Gobierno de Uribe denunciara ante la OEA la presencia de jefes guerrilleros en ese país.
Según Giraldo, con Uribe se deterioró la política exterior y la misión de Santos ahora es "recuperar todo el protagonismo de Colombia" en la región, donde es vista como un socio clave de Estados Unidos.
El ex canciller colombiano Guillermo Fernández señaló también a Efe que la política exterior debe ser más audaz y agregó que debe definirse un nuevo "paradigma" de integración regional en el que Colombia asuma un liderazgo independiente y basado en la "buena vecindad".
El nuevo Gobierno deberá "encontrar la manera de reactivar, sobre la base de unos mínimos consensos, los mecanismos binacionales que en los últimos años no han funcionado" con Venezuela.
Y con Ecuador "desarrollar la hoja de ruta que los dos gobiernos han establecido para completar la normalización de las relaciones diplomáticas", dijo Fernández.
Pero Santos no lo tiene fácil, ya que la justicia ecuatoriana le acusa de ser el autor intelectual del bombardeo en el que murieron en ese país 26 personas, entre ellas el entonces número dos de las FARC, Raúl Reyes.
Otro reto será poner punto final al conflicto armado interno que vive Colombia desde hace más de cuatro décadas.
El director de la Corporación Nuevo Arco Iris, León Valencia, reconoció que durante los ocho años de Gobierno de Uribe, y en especial cuando Santos fue ministro de Defensa (2006-2009), se arrebató a las guerrillas toda posibilidad de triunfo por las armas.
Pero al tiempo el Estado no está en condiciones de acabar por la vía militar con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) pese a los millonarios recursos que se han destinado a ese fin, matizó.
Esto obligará a Santos a "combinar la presión militar con alguna estrategia de negociación, con miras a dar un paso serio hacia la terminación de la guerra y la reconciliación nacional", según Valencia.
Giraldo también cree que debe pasarse de la estrategia de Uribe, basada en la lucha contrainsurgente, a una política de seguridad ciudadana ante el incremento de la inseguridad en las principales urbes.
El tercer desafío pasa por superar la desigualdad que coloca a Colombia en el país con mayor iniquidad de América, con altos niveles de corrupción y desempleo y una pobreza que afecta a cerca del 50 por ciento de la población.
En Colombia, "los que tienen muchos recursos y los grupos económicos tienen todas las exoneraciones tributarias del mundo", denunció Giraldo, quien cree que llegó el momento de aumentar las tasas impositivas de los poderosos para redistribuir el ingreso.
El nuevo presidente debe afrontar una reforma integral del sistema de salud, ya que, según Giraldo, en los últimos años unas pocas empresas del sector se han enriquecido en detrimento del sistema de seguridad social colombiano, así como restablecer el diálogo con el poder judicial.
También buscar que no queden impunes los responsables de las escuchas y seguimientos a opositores y magistrados realizadas por los servicios de inteligencia, y los autores de las ejecuciones de civiles por parte del Ejército, algunos de los mayores escándalos de la era Uribe.
Para los analistas, el principal desafío es el "rescate de la política exterior" como consecuencia de la ruptura de las relaciones diplomáticas con Venezuela y Ecuador durante el Gobierno de su antecesor, Álvaro Uribe.
"La política exterior colombiana está en un plan de rescate del protagonismo de Colombia a nivel internacional", dijo a Efe el politólogo Fernando Giraldo, de la Universidad Javeriana.
Ecuador rompió las relaciones en marzo de 2008 tras el bombardeo colombiano a un campamento de las FARC en su territorio, mientras que Venezuela lo hizo el 22 de julio pasado después de que el Gobierno de Uribe denunciara ante la OEA la presencia de jefes guerrilleros en ese país.
Según Giraldo, con Uribe se deterioró la política exterior y la misión de Santos ahora es "recuperar todo el protagonismo de Colombia" en la región, donde es vista como un socio clave de Estados Unidos.
El ex canciller colombiano Guillermo Fernández señaló también a Efe que la política exterior debe ser más audaz y agregó que debe definirse un nuevo "paradigma" de integración regional en el que Colombia asuma un liderazgo independiente y basado en la "buena vecindad".
El nuevo Gobierno deberá "encontrar la manera de reactivar, sobre la base de unos mínimos consensos, los mecanismos binacionales que en los últimos años no han funcionado" con Venezuela.
Y con Ecuador "desarrollar la hoja de ruta que los dos gobiernos han establecido para completar la normalización de las relaciones diplomáticas", dijo Fernández.
Pero Santos no lo tiene fácil, ya que la justicia ecuatoriana le acusa de ser el autor intelectual del bombardeo en el que murieron en ese país 26 personas, entre ellas el entonces número dos de las FARC, Raúl Reyes.
Otro reto será poner punto final al conflicto armado interno que vive Colombia desde hace más de cuatro décadas.
El director de la Corporación Nuevo Arco Iris, León Valencia, reconoció que durante los ocho años de Gobierno de Uribe, y en especial cuando Santos fue ministro de Defensa (2006-2009), se arrebató a las guerrillas toda posibilidad de triunfo por las armas.
Pero al tiempo el Estado no está en condiciones de acabar por la vía militar con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) pese a los millonarios recursos que se han destinado a ese fin, matizó.
Esto obligará a Santos a "combinar la presión militar con alguna estrategia de negociación, con miras a dar un paso serio hacia la terminación de la guerra y la reconciliación nacional", según Valencia.
Giraldo también cree que debe pasarse de la estrategia de Uribe, basada en la lucha contrainsurgente, a una política de seguridad ciudadana ante el incremento de la inseguridad en las principales urbes.
El tercer desafío pasa por superar la desigualdad que coloca a Colombia en el país con mayor iniquidad de América, con altos niveles de corrupción y desempleo y una pobreza que afecta a cerca del 50 por ciento de la población.
En Colombia, "los que tienen muchos recursos y los grupos económicos tienen todas las exoneraciones tributarias del mundo", denunció Giraldo, quien cree que llegó el momento de aumentar las tasas impositivas de los poderosos para redistribuir el ingreso.
El nuevo presidente debe afrontar una reforma integral del sistema de salud, ya que, según Giraldo, en los últimos años unas pocas empresas del sector se han enriquecido en detrimento del sistema de seguridad social colombiano, así como restablecer el diálogo con el poder judicial.
También buscar que no queden impunes los responsables de las escuchas y seguimientos a opositores y magistrados realizadas por los servicios de inteligencia, y los autores de las ejecuciones de civiles por parte del Ejército, algunos de los mayores escándalos de la era Uribe.
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