EFE.-El presidente, Hugo Chávez, puede agradecerle al "acomodo descarado de los distritos electorales" el número de diputados de la Asamblea Nacional que obtuvo en las elecciones del domingo, afirmó el diario The Washington Post.
En las elecciones legislativas del domingo pasado, el 52 por ciento de los votos fueron para los partidos de oposición y el 48 por ciento para el Partido Socialista Unido de Venezuela, que respalda al gobierno de Chávez.
El presidente, según el editorial del Post, "convirtió la elección en un referéndum sobre sí mismo, inundó al país con propaganda por los medios controlados por el Estado y hasta reabasteció los almacenes gubernamentales de alimentos".
"Pero el resultado fue un repudio inconfundible", según el editorial que añadió que "en un país democrático normal ese resultado hubiese producido algo parecido a un empate entre diputados del gobierno y no gubernamentales en el congreso".
"En cambio, gracias al acomodo descarado de distritos electorales que ordenó, Chávez probablemente obtendrá 98 escaños comparados con 67 para la coalición opositora y un pequeño partido izquierdista", continuó el artículo.
Pero tras los comicios Chávez "no pronunció el discurso de victoria que tenía planificado y esto es un signo alentador de que se da cuenta de las implicaciones reales de esta elección", según el Post.
"Hay buenas razones para la derrota de Chávez", añadió el editorial señalando que "en América Latina, Venezuela es el único país que permanece hundido en la recesión, y encabeza al continente en inflación y crímenes violentos".
"Los defensores de Chávez señalarán el voto como prueba de que él todavía preside una democracia", concluyó el editorial añadiendo que "en las democracias las elecciones producen consecuencias ajustadas a los resultados, mientras que en la Venezuela de Chávez habitualmente llevan a menos democracia".
En las elecciones legislativas del domingo pasado, el 52 por ciento de los votos fueron para los partidos de oposición y el 48 por ciento para el Partido Socialista Unido de Venezuela, que respalda al gobierno de Chávez.
El presidente, según el editorial del Post, "convirtió la elección en un referéndum sobre sí mismo, inundó al país con propaganda por los medios controlados por el Estado y hasta reabasteció los almacenes gubernamentales de alimentos".
"Pero el resultado fue un repudio inconfundible", según el editorial que añadió que "en un país democrático normal ese resultado hubiese producido algo parecido a un empate entre diputados del gobierno y no gubernamentales en el congreso".
"En cambio, gracias al acomodo descarado de distritos electorales que ordenó, Chávez probablemente obtendrá 98 escaños comparados con 67 para la coalición opositora y un pequeño partido izquierdista", continuó el artículo.
Pero tras los comicios Chávez "no pronunció el discurso de victoria que tenía planificado y esto es un signo alentador de que se da cuenta de las implicaciones reales de esta elección", según el Post.
"Hay buenas razones para la derrota de Chávez", añadió el editorial señalando que "en América Latina, Venezuela es el único país que permanece hundido en la recesión, y encabeza al continente en inflación y crímenes violentos".
"Los defensores de Chávez señalarán el voto como prueba de que él todavía preside una democracia", concluyó el editorial añadiendo que "en las democracias las elecciones producen consecuencias ajustadas a los resultados, mientras que en la Venezuela de Chávez habitualmente llevan a menos democracia".
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