A mediados de los años 30, en plena Guerra Civil española, mientras las fuerzas sublevadas avanzaban en cuatro columnas sobre un Madrid sitiado, una quinta columna integrada por nacionalistas franquistas socavaba clandestinamente desde adentro las defensas de la ciudad. Esta quinta columna fue un bastión importante para servirle Madrid en bandeja de plata al general Francisco Franco.Desde entonces, el término quinta columna se utiliza para denominar a todo aquél que actuando con deslealtad a su comunidad natural, se presta a colaborar de diferentes formas con el enemigo. En el Gobierno guerrerista de Hugo Chávez se ha usado con bastante éxito la táctica de la quinta columna para el avance del proyecto castrocomunista. En especial se ha utilizado para reducir a las empresas y a la propiedad privada y servirlas al Ejecutivo Nacional.El uso de sindicatos paralelos sumisos al Gobierno, son la mejor expresión de los quintacolumnistas de Chávez.Una de las primeras empresas que sucumbieron ante estos quintacolumnistas sindicales fue la Constructora Nacional de Vávulas (CNV). La CNV fue expropiada en 2005, luego de que fuera tomada por un grupo de trabajadores que demandaban el pago de supuestos derechos laborales y la discusión del contrato colectivo. CNV terminó en manos del Gobierno como Inveval, y ya se sabe su historia: Cinco años después es un remedo de lo que antes fue.Esta táctica de la quinta columna chavista se ha extendido sobre un sin fin de empresas de todos los sectores, a las que se les ha aplicado el cerco para ulteriormente concretar la confiscación. Algunas, como General Motors de Venezuela, han logrado repeler a los quintacolumnistas. Otras más han sucumbido a su desmedida presión. La Siderúrgica del Orinoco (SIDOR) fue una de ellas. Por meses fue sumida en el caos por un pequeño grupo de trabajadores, hasta que ya debilitada fue expropiada por el Gobierno. Ahora estos quintacolumnistas sindicales avanzan sobre Productos EFE, una filial de las Empresas Polar, un grupo al que Chávez le tiene puesto el ojo y le mantiene bajo constante amenaza y hostigamiento. Un grupo de no más de 90 de trabajadores mantienen desde hace una semana paralizada la planta de EFE en Caracas, bajo la "justificación" de demandas de ajustes a la última convención colectiva negociada con el sindicato y que fue firmada en mayo de este año. Cabe acotar que a los trabajadores sublevados se les ha aliado la Inspectoría del Trabajo la cual, violando la ley, se ha rehusado registrar el contrato acordado por la empresa y los legítimos representantes de los trabajadores. Todo pareciera indicar que la crisis de Helados EFE podría terminar con la empresa expropiada y rebautizada como "Helados Bolivarianos". Mientras, el resto de los casi 1.200 trabajadores, que no están plegados al conflicto, 1.500 heladeros de carritos, 104 franquicias y siete centros de distribución exigen que se reabran las puertas de la planta y que se respete su derecho trabajar en paz.
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