Funcionarios del cuerpo de bomberos lamentaron la pérdida de su compañero
y confían en el Cicpc para que haga justicia (Fernando Sánchez)
Las víctimas no se resistieron al robo y fueron atacadas en hechos aisladosDEIVIS RAMÍREZ MIRANDA | EL UNIVERSAL
Consternados: así estaban los funcionarios de los Bomberos Metropolitanos en las afueras de la morgue de Bello Monte, la mañana de ayer.
Todos lloraban mientras esperaban la entrega del cadáver de su compañero, el sargento segundo Darwin Durán, de 26 años, quien fue asesinado la noche del sábado en la entrada de su residencia, ubicada en el sector 2 del barrio La Bombilla de Petare.
El efectivo, quien estaba adscrito a la Brigada Motorizada del organismo, fue interceptado por dos sujetos que lo sorprendieron mientras conversaba por su teléfono inteligente marca Blackberry.
Pese a que el bombero no se resistió al asalto, uno de los maleantes le disparó en el costado izquierdo, luego de que entregó el aparato.
La víctima fue trasladada al hospital Pérez de León donde falleció en horas de la madrugada. Sus familiares y amigos manifestaron, visiblemente afectados, que era un joven responsable y dedicado.
"Fue un gran compañero y amigo. Nos sentimos afligidos por el hecho, ya que perdimos una vida muy valiosa. No es justo que por un simple teléfono le quiten la vida a una persona", destacó el teniente Douglas Aular, uno de los jefes de operaciones de los bomberos.
Asimismo destacó, que el fallecido tenía 13 años laborando en la institución.
Mientras los funcionarios se abrazaban y lloraban, a un lado estaba la familia de Roswel Martínez, de 19 años, un estudiante de Mecánica Industrial del Inces, a quien hirieron de bala, la noche del martes, para quitarle un Blackberry.
El joven caminaba por la avenida intercomunal de El Valle, y cuando se acercó a uno de los edificios del sector San Andrés, justo antes de ingresar al estacionamiento, le sonó el celular y lo sacó para contestar. Fue allí cuando dos sujetos en moto lo detuvieron y obligaron a entregar el aparato.
Contaron sus deudos, que el joven no se negó, pero los sujetos le dispararon por la espalda, una vez que le dijeron que corriera sin voltear.
La víctima había reunido el dinero durante varios meses para comprarse el teléfono, y apenas tenía 15 días con él.
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