Eso de andar desnudo y descalzo, como lo pregona el Presidente, con tal de que triunfe la revolución, será para los pendejos que salen corriendo de sus casas a la medianoche, cuando el cerro se les viene abajo. Pero no para la camarada Jacqueline, gobernadora "a dedo" del Distrito Capital, y cuyos gusto por la buena ropa y los restaurantes caros son famosos. Vaya como ejemplo la flotilla de 4x4 que sirven de transporte oficial de su despacho. Con la imagen del Ché, para que los choros no se enreden la vida.
Foto: Saúl Uzcátegui
Cort. TalCualDigital
No hay comentarios:
Publicar un comentario