Para quienes siguen la trayectoria de Hugo Chávez, no era un secreto que después de la derrota del 26 de septiembre iba a lanzar una ofensiva en aras de profundizar su proyecto castrocomunista. Ésta ha sido consuetudinariamente su reacción.A horas de darse los resultados de los comicios, comenzaron las amenazas de esa ofensiva: El nombramiento de nuevos magistrados rojos con un mandato de 12 años; aprobar una Ley Habilitante al Presidente y la Ley de las Comunas.Luego, al regreso del periplo donde renovó sus fuerzas, la arremetida se concentró en las expropiaciones de empresas, entre otras: Agroisleña, Owens Illinois, Sidetur y, por último, las medidas contra una treintena de urbanizadoras, que tienen el agravante de afectar la propiedad de miles de venezolanos que invirtieron sus ahorros en esas viviendas.Ahora, se ven venir dos nuevas amenazas contra la propiedad privada:La primera, el anuncio de que se acelerará la aprobación en segunda discusión de la Ley del Mercado Inmobiliario, con el falso argumento de "evitar estafas a las familias venezolanas". Lo que realmente se conseguirá con ello es afectar aún más la capacidad de las empresas y mermar la ya disminuida construcción de viviendas.La segunda es la "sugerencia" de legislar sobre una reforma fiscal "en profundidad para reducir la dependencia del petróleo", que hiciera a la Asamblea Nacional el ministro de Planificación y Finanzas, Jorge Giordani. Previa a esta recomendación, el ministro Giordani había explicado que no se podía "diseñar un gasto sobre la variabilidad de los precios del petróleo", aseverando que "los ingresos se deben generar de la economía". Lo que no mencionó Giordani es que el concepto para manejar esta volatilidad de los precios del petróleo y las fluctuaciones de los ingresos ordinarios fue incorporado en el segundo Gobierno de Rafael Caldera en la Ley del Fondo para la Estabilización Macroeconómica.Tampoco recordó Giordani, que este Fondo fue reformado por él mismo con la excusa de adaptarlo a la realidad del mercado petrolero, pero lo que realmente perseguía era crear un artificio para aumentar el gasto público sin previa aprobación y control del Congreso.Ahora, las "sugerencias" de Giordani hacen avizorar una guerra total contra el sector privado de la economía. Como es bien sabido, no existe un instrumento más pernicioso para las empresas que una ley impositiva mal concebida.Aunque Giordani no dio mayores detalles sobre lo que se pretende incluir en la legislación tributaria, se supone que contemplará mayores impuestos para el sector privado en aras de la llamada "justicia retributiva" que mencionó el Ministro. VenEconomía no le ve sentido a esta propuesta de "profunda reforma fiscal", en tiempos de contracción económica. En una economía en recesión, como la que atraviesa Venezuela, más que mejorar la recaudación fiscal, lo que se conseguirá es abrir un nuevo frente de batalla para darle un golpe mortal al ya debilitado sector privado.
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