Los más de 100 kilómetros que separan el pueblo andino de San Vicente de la ciudad costera de Trujillo, no fueron una barrera para el amor del niño peruano Rusbel Jiménez, de 13 años, por su madre, ya que recorrió esa distancia en su bicicleta para buscar a su añorada progenitora.
El pequeño Rusbel pedaleó durante unas doce horas para cubrir el camino entre su pueblo y Trujillo, en el norte peruano, a donde su madre partió hace dos meses para trabajar, según informó hoy el programa televisivo "América Noticias".
Durante su travesía, el niño utilizó la bicicleta que le había regalado su abuela hace pocos días y una radio a pilas de la que, según sus familiares, nunca se separa.
Sin embargo, para Rusbel lo más difícil se presentó cuando llegó a Trujillo y se dio cuenta de que no sabía dónde trabajaba su madre.
Por ello terminó preguntando a unos policías, que finalmente le ayudaron a dar con el paradero de su progenitora.
Tras el emotivo reencuentro, la madre le prometió a su hijo regresar con él al pueblo, aunque eso significara perder su puesto de trabajo.
EFE/Diario 2001
El pequeño Rusbel pedaleó durante unas doce horas para cubrir el camino entre su pueblo y Trujillo, en el norte peruano, a donde su madre partió hace dos meses para trabajar, según informó hoy el programa televisivo "América Noticias".
Durante su travesía, el niño utilizó la bicicleta que le había regalado su abuela hace pocos días y una radio a pilas de la que, según sus familiares, nunca se separa.
Sin embargo, para Rusbel lo más difícil se presentó cuando llegó a Trujillo y se dio cuenta de que no sabía dónde trabajaba su madre.
Por ello terminó preguntando a unos policías, que finalmente le ayudaron a dar con el paradero de su progenitora.
Tras el emotivo reencuentro, la madre le prometió a su hijo regresar con él al pueblo, aunque eso significara perder su puesto de trabajo.
EFE/Diario 2001
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