Por: VenEconomía
La errada concepción de país que se ha venido tejiendo en estos últimos 12 años está haciendo implosión en casi todas las áreas vitales del país.
Una de gran impacto sobre la población es la crisis sistémica que afecta al sector eléctrico nacional. A éste lo carcome la falta de inversión y mantenimiento, la incompetencia, desidia y corrupción.
El país no tiene suficiente capacidad de generación hidroeléctrica ni termoeléctríca. La red de transmisión se hizo insuficiente para la demanda y tiene problemas estructurales. Y la de distribución está severamente deteriorada. En 2010 se anunció un plan que preveía invertir $5 millardos para incorporar 5.000 MW de nueva generación de energía antes de 2011, pero sólo se lograron implementar 1.200MW (apenas 24% de la meta), según el mismo ministro de Energía, Alí Rodríguez Araque.
Desde finales de marzo de 2011, alrededor de 30% de la capacidad de generación de la Represa del Guri está fuera de servicio, y el sistema de transmisión de alto voltaje está peligrosamente sobrecargado. Aproximadamente 60% de los activos de generación termoeléctrica también están fuera de servicio. Venezuela no tiene capacidad de generación de energía de reserva que pueda utilizar, en caso de que ocurriera algún accidente, en cualquier lugar de la red eléctrica.
Desde 2010, cuando reventó la crisis de energía anunciada desde años atrás, no han cesado los cortes ¨programados¨, el racionamiento ni los apagones. La emergencia eléctrica nacional sigue su curso, para peor.
Sólo en los primeros 70 días de 2011 Caracas sufrió 30 "deficiencias" de electricidad" -un eufemismo para "grandes apagones"- en comparación con las ocho ocurridas durante todo 2010. Esta semana el Ejecutivo anunció ¨racionamientos¨ programados de electricidad en todo el país, sin especificar fechas ni horarios, lo que hace sospechar que es otro artificio para camuflar el deterioro y deficiencia del sistema.
La crisis de energía eléctrica es tan profunda que ya hasta está socavando a la deteriorada industria petrolera de Venezuela. En su propia Memoria y Cuenta de 2010, PDVSA reconoce que el negocio de refinación fue afectado por las fallas eléctricas "cuyo impacto generó pérdidas materiales y económicas".
Sólo en las últimas semanas, la interrupción del servicio de electricidad comprometió severamente la actividad del Complejo Refinador Paraguaná de Falcón, el centro refinador más grande de Venezuela, y uno de los principales del mundo.
Es decir, la principal fuente de ingresos para solucionar el problema eléctrico, y otras graves problemáticas del venezolano, está gravemente amenazada.
Lo peor que podía suceder, está llevando a Venezuela al llevadero.
Una de gran impacto sobre la población es la crisis sistémica que afecta al sector eléctrico nacional. A éste lo carcome la falta de inversión y mantenimiento, la incompetencia, desidia y corrupción.
El país no tiene suficiente capacidad de generación hidroeléctrica ni termoeléctríca. La red de transmisión se hizo insuficiente para la demanda y tiene problemas estructurales. Y la de distribución está severamente deteriorada. En 2010 se anunció un plan que preveía invertir $5 millardos para incorporar 5.000 MW de nueva generación de energía antes de 2011, pero sólo se lograron implementar 1.200MW (apenas 24% de la meta), según el mismo ministro de Energía, Alí Rodríguez Araque.
Desde finales de marzo de 2011, alrededor de 30% de la capacidad de generación de la Represa del Guri está fuera de servicio, y el sistema de transmisión de alto voltaje está peligrosamente sobrecargado. Aproximadamente 60% de los activos de generación termoeléctrica también están fuera de servicio. Venezuela no tiene capacidad de generación de energía de reserva que pueda utilizar, en caso de que ocurriera algún accidente, en cualquier lugar de la red eléctrica.
Desde 2010, cuando reventó la crisis de energía anunciada desde años atrás, no han cesado los cortes ¨programados¨, el racionamiento ni los apagones. La emergencia eléctrica nacional sigue su curso, para peor.
Sólo en los primeros 70 días de 2011 Caracas sufrió 30 "deficiencias" de electricidad" -un eufemismo para "grandes apagones"- en comparación con las ocho ocurridas durante todo 2010. Esta semana el Ejecutivo anunció ¨racionamientos¨ programados de electricidad en todo el país, sin especificar fechas ni horarios, lo que hace sospechar que es otro artificio para camuflar el deterioro y deficiencia del sistema.
La crisis de energía eléctrica es tan profunda que ya hasta está socavando a la deteriorada industria petrolera de Venezuela. En su propia Memoria y Cuenta de 2010, PDVSA reconoce que el negocio de refinación fue afectado por las fallas eléctricas "cuyo impacto generó pérdidas materiales y económicas".
Sólo en las últimas semanas, la interrupción del servicio de electricidad comprometió severamente la actividad del Complejo Refinador Paraguaná de Falcón, el centro refinador más grande de Venezuela, y uno de los principales del mundo.
Es decir, la principal fuente de ingresos para solucionar el problema eléctrico, y otras graves problemáticas del venezolano, está gravemente amenazada.
Lo peor que podía suceder, está llevando a Venezuela al llevadero.
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