El Comando Estratégico Operacional (CEO), cabeza de una de las tres líneas de mando creadas a raíz de la reforma de la Ley Orgánica de la Fuerza Armada Nacional (Lofan), edita una revista llamada “Ámbito Cívico Militar”, cuyo director es el mismo comandante del CEO, general Henry Rangel Silva, quien, como decían de un poetastro alemán, es célebre por su fama. En la edición actualmente en circulación aparece un artículo sin firma, tal como lo señalara la doctora Rocío San Miguel en su columna del jueves pasado en Tal Cual , por lo cual su responsabilidad se debe atribuir al director de la revista, general Rangel Silva. En ese texto aparece el concepto de “enemigo interno” para referirse a las “amenazas” que supuestamente pesarían sobre el país y a las cuales tendría que hacer frente la FAN. El “enemigo interno” sería la contraparte “endógena” del “enemigo externo”.
En otros términos, dentro del país existiría una parte de los venezolanos que, de acuerdo con esta “doctrina”, deben ser considerados por la FAN como “enemigos” y tratados como tales.
Esto constituye una muy siniestra novedad en el pensamiento militar venezolano. Se trata de un concepto de triste y mortífero abolengo. Formó parte del “pensum”, por así decir, de la llamada Escuela de las Américas, que los gringos tenían instalada en Fort Gulick, en Panamá y donde entrenaban e instruían a los militares del continente para la lucha contrainsurgente. Fue utilizada por primera vez en Latino América por las Fuerzas Armadas de Argentina durante la década de los 70 y 80 del siglo pasado y con base en ella la dictadura militar de ese país, presidida por el general Videla, causó la muerte y/o desaparición de 30 mil argentinos. El mismo concepto de “enemigo interno” sirvió de apoyatura “doctrinaria” a la letal represión que llevó adelante el general Pinochet en Chile, así como los militares uruguayos en su país, durante sus respectivas dictaduras. Vencidos esos tres regímenes, el concepto de “enemigo interno” fue borrado de la doctrina militar de estos países.
Sin embargo, hete aquí que ahora reaparece en el llamado “nuevo pensamiento militar venezolano”, acuñado por la chavorrevolución.
Es verdad que Chacumbele denomina y trata a sus adversarios políticos como “enemigos” y, de hecho, la calificación de “apátridas” ya, por sí misma, pretende asociarlos al presunto “enemigo externo”, que, obviamente, sería “el imperio”. Pero una cosa es el discurso brutal y la misma conducta represiva del gobierno frente a sus adversarios y otra muy distinta la de incorporar el peligroso concepto de “enemigo interno” a los fundamentos doctrinarios de la FAN. Desde la perspectiva militar en el mundo entero, al “enemigo” se le aniquila y para eso son educados y entrenados los militares. Transformar en “enemigos” a los venezolanos que disienten del gobierno de Chacumbele, como lo hacen en la citada revista con la propia doctora San Miguel y otros tres periodistas, constituye el salvoconducto para los peores excesos represivos. El Presidente está emplazado a aclarar si ese texto de la revista de Rangel Silva es meramente personal o, en efecto, el anacrónico concepto de “enemigo interno”, que viene de la Guerra Fría, es ahora parte integral del supuesto “nuevo” pensamiento militar venezolano.
En otros términos, dentro del país existiría una parte de los venezolanos que, de acuerdo con esta “doctrina”, deben ser considerados por la FAN como “enemigos” y tratados como tales.
Esto constituye una muy siniestra novedad en el pensamiento militar venezolano. Se trata de un concepto de triste y mortífero abolengo. Formó parte del “pensum”, por así decir, de la llamada Escuela de las Américas, que los gringos tenían instalada en Fort Gulick, en Panamá y donde entrenaban e instruían a los militares del continente para la lucha contrainsurgente. Fue utilizada por primera vez en Latino América por las Fuerzas Armadas de Argentina durante la década de los 70 y 80 del siglo pasado y con base en ella la dictadura militar de ese país, presidida por el general Videla, causó la muerte y/o desaparición de 30 mil argentinos. El mismo concepto de “enemigo interno” sirvió de apoyatura “doctrinaria” a la letal represión que llevó adelante el general Pinochet en Chile, así como los militares uruguayos en su país, durante sus respectivas dictaduras. Vencidos esos tres regímenes, el concepto de “enemigo interno” fue borrado de la doctrina militar de estos países.
Sin embargo, hete aquí que ahora reaparece en el llamado “nuevo pensamiento militar venezolano”, acuñado por la chavorrevolución.
Es verdad que Chacumbele denomina y trata a sus adversarios políticos como “enemigos” y, de hecho, la calificación de “apátridas” ya, por sí misma, pretende asociarlos al presunto “enemigo externo”, que, obviamente, sería “el imperio”. Pero una cosa es el discurso brutal y la misma conducta represiva del gobierno frente a sus adversarios y otra muy distinta la de incorporar el peligroso concepto de “enemigo interno” a los fundamentos doctrinarios de la FAN. Desde la perspectiva militar en el mundo entero, al “enemigo” se le aniquila y para eso son educados y entrenados los militares. Transformar en “enemigos” a los venezolanos que disienten del gobierno de Chacumbele, como lo hacen en la citada revista con la propia doctora San Miguel y otros tres periodistas, constituye el salvoconducto para los peores excesos represivos. El Presidente está emplazado a aclarar si ese texto de la revista de Rangel Silva es meramente personal o, en efecto, el anacrónico concepto de “enemigo interno”, que viene de la Guerra Fría, es ahora parte integral del supuesto “nuevo” pensamiento militar venezolano.
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