lunes, 30 de mayo de 2011

Satanás entre nosotros

Por: Fernando Rodríguez/TalCualDigital
Un párroco vecino a uno de los monu- mentos religiosos profanados en estos días en Lara, Yaracuy y Portuguesa ha dicho que los autores del atentado podrían ser miembros de una secta satánica, debido a una pinta cercana y a algunos comentarios que corren. No sería imposible puesto que se decía, se dicen tantas cosas, hace algunos años que éstas pululaban, por ejemplo, en Mérida. Pero, en todo caso, bastante de satánico tienen los acontecimientos que hoy nos ocupan, no hay duda.


El ministro del interior ha señalado que la violencia contra las estatuas y murales dedicados a la Virgen y a José Gregorio (Hernández) es propio de la "ultraderecha fascista" puesto que el gobierno de Pinochet lo hacía para acusar a las fuerzas de la izquierda perseguida. Claro que son jugadas por varias bandas, algo barrocas, que no deben ser frecuentes. Como sería que el G2 cubano hiciese grafitis que dijesen que Fidel Castro es marico para jorobar a la disidencia. Aunque "no descartaremos ninguna hipótesis".

La mayoría, pensamos nosotros, parece orientarse, a media lengua, hacia el sector chavista. Primero porque los marxistas son ateos por aquello de que la religión es opio de los pueblos como decía Marx y este gobierno se ha declarado marxista.

Porque los antecedentes de esos excesos anticatólicos en la historia de la "izquierda" son mucho más extensos que los de la derecha, por ultra que sea, como la guerra cristera mexicana, la guerra civil española o el ateísmo a juro de los países que fueron comunistas en el pasado siglo.

Pero también por razones más locales como la existencia dentro del variopinto mundo que maneja el Comandante de contingentes organizados para la violencia y que ya han actuado en los más diversos escenarios con todo exhibicionismo. Dentro de esos ejércitos paralelos existe uno en Lara, llamado Frio, que viene haciendo todo tipo de tropelías impunes, al parecer para desestabilizar al apóstata de Henri Falcón.

Por último, las cosas muy feas que le ha dicho Chávez a las altas autoridades religiosas venezolanas que al fin y al cabo son los soldados del Señor en la tierra. No hay que descartarlo, pues. Claro, a esto se podría contestar que Chávez, que no le para a contradicciones, ha dicho que él es seguidor de Cristo, socialista radical, aunque no se sabe si lo que quiere decir es que Jesús es seguidor del Psuv, suyo. Y más de una vez ha tenido dramáticos arrebatos públicos de fe, sobre todo en momentos difíciles. Nada hay que ignorar.

En todo caso hay que esperar y, sea cual fuera, la hipótesis verificada por las autoridades hay que decir que este es un acto asqueroso, nauseabundo, porque nadie, ni aún los que profesan el ateísmo y hasta los que se sienten obligados a criticar posturas de las iglesias en nombre de la dignidad humana, tiene derecho a profanar esa última intimidad del hombre que busca, en la noche sin estrellas, la posibilidad de encontrar la mano de alguno de los dioses escondidos en el infinito.

Por ello el derecho a la libertad religiosa, por su perennidad y transcendencia (¿de dónde venimos y hacia dónde vamos?), es uno de los más inalienables de todos, sagrado en el mejor sentido de la palabra.

¿Quién será el demonio de Barquisimeto?

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