No hay nadie más leal al Comandante que Diosdado Cabello. Eso, al menos, es lo que parece. Vicepresidente una vez, tres veces ministro, cerrador de emisoras y ahora diputado, este hombre que ha perdido todas las elecciones internas del PSUV y sin embargo se mantiene en la pomada, se apareció la semana pasada en Altamira, plaza escuálida por excelencia, y allí montó su parlamentarismo de calle.
En verdad, nadie le paró. Pero como Diosdado trajo su gente y sus guardaespaldas, en medio de la jornada sufrió un sofocón. Fue entonces cuando alguien le acercó una fría y Diosdado, como buen revolucionario, preguntó primero cuál era la marca.Foto: Saúl Uzcátegui/TalCualDigital
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