Los cinco detenidos por el incendio de un casino en la ciudad mexicana de Monterrey, donde murieron 52 personas, afirman que no planeaban matar a nadie y solo querían amedrentar a sus dueños, revelaron hoy fuentes oficiales.
Los sospechosos, todos confesos y que serán detenidos provisionalmente mientras se llevan a cabo las investigaciones, fueron presentados hoy en la sede de la fiscalía del estado de Nuevo León, región de la que Monterrey es capital.
Los cinco, esposados y vestidos con un chaleco rojo con la leyenda “detenido”, posaron ante las cámaras frente a seis vehículos que de acuerdo con los videos de seguridad del casino, fueron los usados para perpetrar el atentado que las autoridades atribuyen al grupo criminal Los Zetas.
Según las autoridades, los detenidos incluso reconocieron haber sido “regañados” por sus jefes por el resultado mortal de la acción, que en principio sólo buscaba lograr el pago del “derecho de piso”, una extorsión que cobran los grupos del crimen organizado en varias zonas del país a los comerciantes para que puedan operar.
El fiscal de Nuevo León, Adrián Emilio de la Garza, recordó que las autoridades tienen varios videos de los delincuentes cargando el combustible que usaron en una estación de gasolina y arribando al establecimiento en varios vehículos para cometer el atentado.
Además, precisó que todos ellos han confesado su participación en los hechos -e incluso en otros crímenes como secuestros y homicidios-, y que algunos fueron identificados por huellas dactilares halladas en los autos.
De la Garza reveló que en los hechos participaron al menos 12 personas y que en las imágenes de las cámaras de seguridad del casino, situado en un lugar muy concurrido, se pueden ver “otros cómplices” que las autoridades no habían detectado en los primeros análisis de los vídeos.
Un auto se detiene en plena avenida para “observar que se lleve a cabo la acción, que fue ordenada” por personas que tripulaban esos mismos vehículos, dijo.
“De acuerdo a las declaraciones y a las pruebas que tenemos podemos determinar que el objetivo no era la gente”, aseguró el funcionario, quien reveló que, según la información de inteligencia, algunos de los autores de la masacre “están quemados”.
Los delincuentes incluso ordenaron a los guardias de seguridad y a la gente en el casino que pidieran a los clientes abandonar el lugar, razón por la cual algunas personas lograron salir ilesas.
Por su parte, el subprocurador regional de control de la Procuraduría General de la República (PGR, fiscalía federal), José Cuitláhuac Salinas, que encabeza las investigaciones por parte del Gobierno federal, explicó que las autoridades han pedido ayuda a Interpol para ubicar a Raúl Rocha Cantú, el propietario del casino.
Los investigadores tienen la certeza de que un piloto, que ya declaró ante las autoridades, sacó del país en un vuelo privado a Rocha Cantú, a quien las autoridades buscan para que ofrezca su declaración.
En tanto, el gobernador de Nuevo León, Rodrigo Medina, manifestó que “es muy importante tomar este trágico acontecimiento como una oportunidad para que de una vez por todas” las autoridades pongan orden en el sector de los casinos.
En este sentido, dijo que hay casinos que operan a través de un amparo o de una suspensión otorgada por un juez, que “muchas personas morales” están involucradas en su funcionamiento, y que los permisos de operación se pasan de una persona a otra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario