Esta semana el Gobierno de Hugo Chávez volvió a la carga contra la papelera irlandesa Smurfit Kappa Cartón de Venezuela al anunciar la toma de unas 15.000 hectáreas de la empresa en los estados Portuguesa, Lara y Cojedes. Se suman éstas a las 2.732 hectáreas "intervenidas" en 2007, las 1.500 hectáreas de 2009 y las 5.500 que les quitó hace aproximadamente un mes.
¿Las razones? Que se trata de suelos tipo 2 y 3, los cuales supuestamente se deben dedicar exclusivamente para la siembra de hortalizas, cereales o leguminosas y no para los pinos y eucaliptos, materia prima esencial para la fábrica de cartones y papel. Estas 15.000 ha. de supuestos latifundios pasarán a formar parte de unidades de producción social, "para recuperar el valor de los suelos, y dedicarlos a la producción de alimentos".
Esta acción arbitraria del Gobierno se puede interpretar en dos vertientes, ambas malas:
La primera, desde el punto de vista industrial, se profundiza la destrucción del sector industrial privado de Venezuela. Ahora, se enfila contra una empresa de papel y cartón de vieja data en el país, y con ella se eliminan cientos de puestos de trabajo productivo. Amén de que en el país mermará la producción de un producto esencial para la elaboración de los empaques de los ya escasos alimentos que se ofertan en el país.
Y, desde el punto de vista agrícola, lo más seguro es que estas tierras que se le arrebatan a Smurfit tendrán el mismo destino que han tenido otras tierras confiscadas a productores privados, tales como las del Valle de Aragua y del Valle del Río Turbio en Lara. Ambas regiones otrora pujantes productoras de azúcar, hoy lucen desoladas sin producir las prometidas legumbres y hortalizas de la revolución.
La lamentable realidad de la política confiscatoria en Venezuela, lo único que ha dejado es un Gobierno latifundista propietario de millones de hectáreas productivas, pero un país donde cada día se produce menos alimentos. Según datos del profesor del IESA, Carlos Machado Allison, la producción nacional de alimentos ha caído entre 26% y 30% en cinco años, siendo los rubros más afectados el arroz, maíz, frutas, azúcar y carne.
Pareciera que el primer mandatario en su afán de destruir al país, ha puesto a competir a sus ministros sobre quién es más eficaz en esa tarea ¿el de Industria o el de Agricultura? En fin, al término es lo mismo, pues para qué hacer empaques si no habrá alimentos que embalar.
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