Este viernes 7 de octubre, el Gobierno de Hugo Chávez presentará por primera vez ante el Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) el Examen Periódico Universal (EPU, según Tratado de 2006).
La delegación que viajó a Ginebra a defender "la verdad" sobre los derechos humanos en Venezuela está conformada por representantes del Ejecutivo Nacional, encabezado por el Canciller Nicolás Maduro, y representantes de varios de los poderes públicos. Todos ellos totalmente subordinados al mando del presidente Chávez.
A diferencia de los gobiernos democráticos de avanzada del mundo, Venezuela no incluye en su presentación los informes de las ONG independientes. Aunque éstas sí presentarán sus informes por separado.
Una muestra de lo que se oirá en el EPU la dio el canciller Maduro a su arribo a Suiza: "Venimos a decir y a defender la verdad de una Venezuela que está viviendo un renacimiento a partir del Proceso Constituyente convocado por el comandante Chávez".
¿A cuál renacimiento se referirá el Canciller?
La realidad demostrable es que en los últimos 12 años han menguado los derechos humanos más elementales de los venezolanos, entre otros, los derechos a una justicia expedita e independiente; a la opinión e información; a la protesta; a la propiedad privada; al de la seguridad ciudadana e, incluso, al derecho a la vida.
Y ¿cuáles serán las "verdades" que defenderán estos funcionarios del chavismo?
¿Las que pregonan que el Socialismo del Siglo XXI bajó la pobreza extrema de 21% a 7,3%, y la pobreza en general de 49% a 27,4%?
Es cierto que los ingresos de los venezolanos de bajos recursos han aumentado en los últimos 12 años, lo que lógicamente se ha traducido en una mejora en los índices de pobreza. Lamentablemente ello se debe a los programas financiados por el boom petrolero y no por el auge de una economía productiva.
Aún así, la mejora está lejos de la que pregona el Gobierno.
Para empezar, el Gobierno cambió la metodología de medición de la pobreza para basarla exclusivamente en los ingresos de las familias. Siendo la definición actual de "pobreza extrema" el de las personas cuyo ingreso familiar no alcanza para pagar la austera "canasta alimentaria normativa" del INE, que en agosto fue de Bs.F.1.604. Una medición más representativa de las necesidades básicas de una familia venezolana sería, la realizada por el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (CENDAS), la cual registraba en agosto Bs.F.3.284, más del doble que la canasta utilizada por el INE.
Hoy el Gobierno en su medición de la pobreza no incluye la calidad de la vivienda, entre otros, si esta tiene: ¿pisos de tierra o de cemento? ¿acceso al agua potable? ¿a cloacas? ¿cuántas personas duermen en una habitación. Todas ellas áreas donde el Gobierno ha registrado avances mínimos, para no decir que ha retrocedido.
Así, la reducción de la pobreza será una de las mentiras que refutarán las ONG presentes en Ginebra.
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