Yo tengo un sueño. Ya no sueño con un gobierno bueno, sino con uno malo que cambie cada cinco años, como cambiaban los gobiernos malos de antes, porque un gobierno malo de 13 años es mucho peor que varios malos de a cinco. He aprendido que un solo gobernante malo que se eternice hace mucho más daño que varios malos intercambiándose, porque en una de esas hasta por sentido de competencia, esos malos podrían hacer algo bueno.
Yo ya no sueño con un gobierno que me respete, que defienda mis derechos, que no sea un enemigo más en la dura aventura de vivir. Yo lo único a lo que aspiro en este momento es a un gobierno que no me joda demasiado, que si no me va a hacer feliz, no sea un motivo cotidiano de infelicidad. He aprendido que tanto mejores son los gobiernos cuanto más discretos son, cuantas menos vallas, cadenas, fotografías del líder, tienen. Sueño con un gobierno que no le sustituya a la gente el país que merece por 300 bolívares. Yo a lo que aspiro es a que la jaladera de mecate no termine, sé que eso en Venezuela tomará siglos, sino que sea un poquito más decente, menos arrastrada, más discreta. Yo ya no sueño con un gobierno honorable y transparente en el manejo de las finanzas públicas, yo sueño con un gobierno que ponga orden en el robo, como ha sido siempre en nuestra historia, que nos enseña que se puede robar organizadamente y con moderación, porque la moderación en el robo presume algo malo en él, encierra una autocrítica que puede motivar la honestidad algún día. Yo lo que sueño es con un gobierno que, al menos, administre bien lo que no se roba y que no regale lo nuestro a otros países, que seguramente lo necesitan, pero no más que nosotros.
Yo ya no sueño con una política exterior inteligente, que esté consciente de lo que somos en el concierto de las naciones. Con lo único que sueño es con un gobierno que no nos meta en problemas, que no se alíe con todos los indecentes de la tierra, que no le entregue la espada del Libertador a violadores de niñas.
Yo ya no sueño con un proyecto de país, con una planificación de nuestro futuro. Sino con un equipo de gobierno que tenga 4 ideas, 4, sólo 4, sobre educación, cultura, salud y economía.
Yo en síntesis, la verdad, con lo que sueño es con un equipo de gobierno medianamente inteligente, con pocas ideas, pero claras, sobre el país, con un toque de decencia, sin que el afán de joder y destruir sea su norte, sin aduladores groseros, que medio lo respete a uno, cuyos abusos vuelvan a escandalizar y no se nos hagan cotidianos, que frene un poquito la robadera y administre bien lo que quede. Pero, por encima de todo, con lo que sueño es con un gobierno con fecha de vencimiento. No tienen idea de la ilusión que me hace que un mal gobierno pueda terminar, aunque sea para dar paso a un mal gobierno nuevo, porque en una de esas, de tanto probar quién quita que aparezca algo interesante en el horizonte. Yo con lo único que sueño, en el fondo, es con un poco menos de abuso, eso es todo.
Yo ya no sueño con un gobierno que me respete, que defienda mis derechos, que no sea un enemigo más en la dura aventura de vivir. Yo lo único a lo que aspiro en este momento es a un gobierno que no me joda demasiado, que si no me va a hacer feliz, no sea un motivo cotidiano de infelicidad. He aprendido que tanto mejores son los gobiernos cuanto más discretos son, cuantas menos vallas, cadenas, fotografías del líder, tienen. Sueño con un gobierno que no le sustituya a la gente el país que merece por 300 bolívares. Yo a lo que aspiro es a que la jaladera de mecate no termine, sé que eso en Venezuela tomará siglos, sino que sea un poquito más decente, menos arrastrada, más discreta. Yo ya no sueño con un gobierno honorable y transparente en el manejo de las finanzas públicas, yo sueño con un gobierno que ponga orden en el robo, como ha sido siempre en nuestra historia, que nos enseña que se puede robar organizadamente y con moderación, porque la moderación en el robo presume algo malo en él, encierra una autocrítica que puede motivar la honestidad algún día. Yo lo que sueño es con un gobierno que, al menos, administre bien lo que no se roba y que no regale lo nuestro a otros países, que seguramente lo necesitan, pero no más que nosotros.
Yo ya no sueño con una política exterior inteligente, que esté consciente de lo que somos en el concierto de las naciones. Con lo único que sueño es con un gobierno que no nos meta en problemas, que no se alíe con todos los indecentes de la tierra, que no le entregue la espada del Libertador a violadores de niñas.
Yo ya no sueño con un proyecto de país, con una planificación de nuestro futuro. Sino con un equipo de gobierno que tenga 4 ideas, 4, sólo 4, sobre educación, cultura, salud y economía.
Yo en síntesis, la verdad, con lo que sueño es con un equipo de gobierno medianamente inteligente, con pocas ideas, pero claras, sobre el país, con un toque de decencia, sin que el afán de joder y destruir sea su norte, sin aduladores groseros, que medio lo respete a uno, cuyos abusos vuelvan a escandalizar y no se nos hagan cotidianos, que frene un poquito la robadera y administre bien lo que quede. Pero, por encima de todo, con lo que sueño es con un gobierno con fecha de vencimiento. No tienen idea de la ilusión que me hace que un mal gobierno pueda terminar, aunque sea para dar paso a un mal gobierno nuevo, porque en una de esas, de tanto probar quién quita que aparezca algo interesante en el horizonte. Yo con lo único que sueño, en el fondo, es con un poco menos de abuso, eso es todo.
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