Al nuevo director del Cicpc, Humberto Ramírez, le molesta que los hechos delictivos sean calificados erróneamente. Una muestra está en lo ocurrido al cónsul de Chile en Caracas, Juan Carlos Fernández. El diplomático fue robado, según Ramírez, y no secuestrado como dijeron algunos medios y periodistas
Simón Boccanegra/TalCualDigital
Al nuevo director del Cicpc, Humberto Ramírez, le molesta que los hechos delictivos que se producen en el país sean calificados erróneamente. Una muestra de lo que decimos está en lo ocurrido al cónsul de Chile en Caracas, Juan Carlos Fernández.
El diplomático fue robado, afirmó Ramírez, y no secuestrado como dijeron algunos medios y periodistas, enemigos del proceso, agregamos nosotros. El diplomático dejó a un amigo en un hotel de Plaza Venezuela y allí fue abordado por los hampones que lo liberaron en El Valle.
No fue un secuestro porque no pidieron rescate y de las palabras de Ramírez se desprende que no estuvo mucho tiempo en manos de los hampones, al parecer cuando fue atacado el tráfico entre esos dos puntos de Caracas era muy fluido. No fue un secuestro express, pero sí se podría decir que fue un "robo prolongado".
Donde Ramírez pierde precisión es en lo siguiente. El ciudadano chileno fue herido por un balazo propinado por los ladrones. Eso está comprobado pues la policía se enteró del hecho cuando Fernández acudió a una clínica para que lo atendieran. Si recibió un balazo, por qué el director del Cicpc no califica el hecho como un intento de homicidio.
No creemos que la razón sea porque la bala impactó en el glúteo del diplomático. ¿Si el disparo hubiera sido propinado unos centímetros más arriba, el hecho pasaría de ser un robo a un intento de homicidio?
No tenemos la esperanza de que el muy ocupado director del Cicpc nos vaya a responder, pero tal vez estamos ante una nueva doctrina policial, según la cual el área del cuerpo donde se aloje el proyectil determinará si estamos ante un potencial homicidio o no.
Quien está viviendo en una cárcel no es un preso, sino un privado de libertad y a quien le dan un balazo, por decir un sitio en la batata, no fue víctima de un intento de homicidio sino de un robo. No se puede negar que esta "revolución" es innovadora en todas las áreas del conocimiento humano.
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