La mejor Constitución del mundo, como decía Chacumbele hace unos años, contiene un artículo que es violado con total impunidad por diversos personajes del oficialismo, en primer lugar por el propio Esteban. Nos referimos al número 48 que dice: "Se garantiza el secreto e inviolabilidad de las comunicaciones privadas en todas sus formas.
No podrán ser interferidas sino por orden de un tribunal competente, con el cumplimiento de las disposiciones legales y preservándose el secreto de lo privado que no guarde relación con el correspondiente proceso". Que sepamos, la Carta Magna está vigente, por lo que debería ser aplicada con rigor. Sin embargo eso no ocurre, claro que no solamente con este artículo, hay otros que Chacumbele y sus esbirros se pasan por donde ustedes saben con total impudicia. ¿Quién ordena esos pinchazos telefónicos que se transmiten en el programa preferido de Esteban? ¿Quién es el juez que los autoriza? Estamos seguros de que la fiscal general de la República, Luisa Ortega Díaz, no ha ordenado ninguna averiguación al respecto.
No lo hace de oficio ni tampoco si algún ciudadano se lo solicita. Sólo atiende a la voz de su amo y Esteban es el principal promotor de la violación legal. No lo va a hacer tampoco la presidente del TSJ, Luisa Estella Morales, por la misma razón y mucho menos la defensora del Pueblo, Gabriela Ramírez. En el pasado, José Vicente Rangel era un denunciante permanente de las grabaciones telefónicas que se hacían en los gobiernos previos a Esteban, ahora guarda un ensordecedor silencio, cómplice también de estas violaciones legales.
Lo que ocurre no es una casualidad, una ocurrencia de un funcionario de segunda categoría. Es toda una política estatal destinada a crear miedo entre los ciudadanos. Política ordenada por el Caporal de Miraflores.
Tratan de crear miedo entre los ciudadanos. Pretenden que los ciudadanos se inhiban de comunicarse, de utilizar el teléfono para organizarse y enfrentar al Caporal y sus secuaces. Creen que con este tipo de actividades van a hacer que quienes los rechazan se paralicen. Creen que reproduciendo este tipo de llamadas van a sembrar cizaña entre los opositores, pero se equivocan. Es decir, Esteban aplica una política de terrorismo de Estado. En su desesperación por mantenerse en el poder, el Caporal y quienes lo apoyan no se paran en artículos legales. No les importa exhibirse tal cual son. Los esbirros se regocijan reproduciendo esas llamadas y Chacumbele las celebra. El gobierno está usando mecanismos non sanctos para tratar de frenar una muy probable victoria de las fuerzas que lo adversan el próximo 7 de octubre. Para ellos no hay diferencia entre seguridad de Estado y permanencia en el poder. Para ellos todo es válido, como lo ha sido en otras épocas y en otras latitudes. Pero la historia, implacable ella, siempre ha demostrado que se impone sobre los pinchazos, las violaciones constitucionales y el terror.
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No podrán ser interferidas sino por orden de un tribunal competente, con el cumplimiento de las disposiciones legales y preservándose el secreto de lo privado que no guarde relación con el correspondiente proceso". Que sepamos, la Carta Magna está vigente, por lo que debería ser aplicada con rigor. Sin embargo eso no ocurre, claro que no solamente con este artículo, hay otros que Chacumbele y sus esbirros se pasan por donde ustedes saben con total impudicia. ¿Quién ordena esos pinchazos telefónicos que se transmiten en el programa preferido de Esteban? ¿Quién es el juez que los autoriza? Estamos seguros de que la fiscal general de la República, Luisa Ortega Díaz, no ha ordenado ninguna averiguación al respecto.
No lo hace de oficio ni tampoco si algún ciudadano se lo solicita. Sólo atiende a la voz de su amo y Esteban es el principal promotor de la violación legal. No lo va a hacer tampoco la presidente del TSJ, Luisa Estella Morales, por la misma razón y mucho menos la defensora del Pueblo, Gabriela Ramírez. En el pasado, José Vicente Rangel era un denunciante permanente de las grabaciones telefónicas que se hacían en los gobiernos previos a Esteban, ahora guarda un ensordecedor silencio, cómplice también de estas violaciones legales.
Lo que ocurre no es una casualidad, una ocurrencia de un funcionario de segunda categoría. Es toda una política estatal destinada a crear miedo entre los ciudadanos. Política ordenada por el Caporal de Miraflores.
Tratan de crear miedo entre los ciudadanos. Pretenden que los ciudadanos se inhiban de comunicarse, de utilizar el teléfono para organizarse y enfrentar al Caporal y sus secuaces. Creen que con este tipo de actividades van a hacer que quienes los rechazan se paralicen. Creen que reproduciendo este tipo de llamadas van a sembrar cizaña entre los opositores, pero se equivocan. Es decir, Esteban aplica una política de terrorismo de Estado. En su desesperación por mantenerse en el poder, el Caporal y quienes lo apoyan no se paran en artículos legales. No les importa exhibirse tal cual son. Los esbirros se regocijan reproduciendo esas llamadas y Chacumbele las celebra. El gobierno está usando mecanismos non sanctos para tratar de frenar una muy probable victoria de las fuerzas que lo adversan el próximo 7 de octubre. Para ellos no hay diferencia entre seguridad de Estado y permanencia en el poder. Para ellos todo es válido, como lo ha sido en otras épocas y en otras latitudes. Pero la historia, implacable ella, siempre ha demostrado que se impone sobre los pinchazos, las violaciones constitucionales y el terror.
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