ANTONIO MARIA DELGADO/ADELGADO@ELNUEVOHERALD.COM
Pese a las manifestaciones de lealtad de sus lugartenientes, la admisión del presidente Hugo Chávez de que sigue enfrentando serios problemas de salud resucitó las discusiones de quien de ellos podría tomar el timón de la revolución bolivariana si el mandatario venezolano se ve obligado a apartarse del poder, con muy pocos nombres emergiendo en el desolado campo de juego.
Chávez, quien tiene previsto viajar el viernes a La Habana para someterse a una nueva intervención quirúrgica, nunca estableció un claro heredero de su sucesión en medio de sus incesantes esfuerzos por posicionarse como el líder indiscutible del Socialismo del Siglo XXI.
Pero ahora que el mandatario venezolano admite que el cáncer del que dijo haberse curado parecer haber regresado, las preguntas sobre una eventual sucesión que habían desaparecido semanas atrás vuelven a escucharse en Venezuela, con la mayoría de ellas centrándose sobre quién podría calzar los zapatos de Chávez, en caso de que el mandatario no esté en condiciones de enfrentar a la oposición en las elecciones presidenciales de octubre.
Es una situación que podría tornarse imperante para el chavismo en vista de la fortaleza que está mostrando la oposición de cara a las elecciones presidenciales del 7 de octubre, declaró el analista venezolano Ignacio De León.
“Este es un gobierno que está muy debilitado, que tiene una serie de contradicciones internas, de facciones que se están peleando entre sí la influencia dentro del mando. Hay unas fuerzas militares que también están muy fraccionadas y que Chávez no termina de sentirlas seguras, ni controladas, por mucho que haya designado a un nuevo alto mando militar. Para el chavismo es imperante establecer a un heredero para mantener el orden”, comentó De León desde Miami.
Pero si existe la posibilidad de que Chávez designe a un sucesor, el mandatario no dio señales de esto el jueves desde Caracas.
Chávez más bien se mostró fuerte durante su participación en una prolongada cadena de televisión para asegurar que regresará una vez que sea operado en Cuba para “extraerle una lesión” que le reapareció en la misma sección de su cuerpo donde le extirparon un tumor canceroso el año pasado.
Chávez ha negado insistentemente los rumores de que el cáncer que le detectaron en junio se ha extendido al hígado.
El mandatario negó el jueves que la nueva “lesión” que le fue encontrada es un tumor maligno, pero reconoció que “la probabilidad de que sea maligno es superior a la de que no lo sea”.
Aun así, Chávez prometió que regresará dentro de muy poco tiempo al país.
“Cuando los médicos me den luz verde, me vengo […] que nada se detenga, más bien que aceleremos [la revolución bolivariana]”, afirmó Chávez durante su alocución antes de garantizar su victoria en las elecciones de noviembre.
“Pase lo que pase… vamos a ganar por ‘knockout […] No volverán, no volverán. Haya cáncer o no haya cáncer haya enfermedad o no, no volverán”, expresó.
Pero es muy probable que lo hagan si Chávez se ve obligado a retirarse de la contienda electoral por problemas de salud, afirmó Vanessa Neumann, investigadora principal del Foreign Policy Research Institute, en Nueva York,
“Nadie dentro del chavismo tiene el mismo grado de carisma que tiene Chávez”, comentó Neumann, quien por otro lado resaltó los atributos del candidato único de la oposición, el gobernador de Miranda, Henrique Capriles.
“En esta ocasión la oposición va a ser muy difícil de vencer por otra persona que no sea Chávez. Capriles, con su estilo de no confrontación, tiene una actitud que atrae a muchos chavistas”, agregó.
Los expertos señalan que son muy pocos las personas que se vislumbran como potenciales candidatos para reemplazar a Chávez, con la mayoría de los dedos recayendo sobre el actual presidente de la Asamblea Nacional, el ex vicepresidente Diosdado Cabello.
Cabello, quien acaba de ser nombrado a la presidencia de la Asamblea después de permanecer largo rato en las sombras de la revolución, contaría con amplio respaldo dentro del sector militar del chavismo.
“El tiene el balance correcto entre la lealtad de los militares y también cierta habilidad política”, comentó Neumann.
El nombre de Cabello ha cobrado mayor fuerza en los últimos meses, pero no fue el primero. Inicialmente, el hermano de Chávez, Adam, comenzaba a sonar como potencial heredero, y este fue remplazado por el actual canciller Nicolás Maduro, quien se mostraba muy cercano al presidente.
En caso de un repentino deceso del mandatario, Chávez sería remplazado por el actual vicepresidente Elías Jaua, pero la mayoría de los observadores lo descartan como posible máximo líder de la revolución bolivariana.
Además de Cabello, observadores señalaron a la hija de Chávez, como una potencial candidata a levantar la bandera de su padre.
“Es alguien a quien se le ha estado dando cada vez un mayor posicionamiento como persona de confianza de Chávez”, aseguró la analista Vilma Petrash. “Siempre se ve al lado del padre, ejerciendo la función de la Primera Dama. Y en estos regímenes del Socialismo del Siglo XXI, como sucedió con Cristina Fernández de Kirchner, la posibilidad de que sea una mujer en América Latina [la que tome el mando] como que no se ve tan mal”.
El editor y dueño del diario El Nuevo País y de la revista Zeta, Rafael Poleo, declaró que independientemente del resultado de la operación en La Habana, es muy dudoso de que Chávez esté en condiciones de mantenerse al mando de la Revolución Bolivariana.
“El puede llegar vivo desde La Habana, pero no va a estar en capacidad de llevar una campaña electoral. Y si se dan los milagros, y afronta y gana por los mecanismos que sean, no puede gobernar. Eso significa que la preparación de una sucesión dentro del chavismo es necesaria, incluso solo para tener una salida ordenada del poder”, sentenció.
NDO/El Nuevo Herald
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