Antes de escribir esta columna semanal leí, en varios diarios del país, la misma información que supuestamente se coló de una reunión del Comando Carabobo (Comando de campaña del PSUV para las elecciones presidenciales) en la cual Castro Soteldo expuso tres escenarios e impartió diferentes órdenes a los jefes regionales. Los escenarios referidos:
"Con Chávez decaído, sin Chávez o, sin elecciones", gritando -según dicen las notas de prensa-: "porque Chávez tiene cáncer". Las órdenes que dio: "Hay que hacerle huelga a Henri Falcón, hay que hacerle huelga a Pablo Pérez, hay que hacerle huelga al malandro majunche de Miranda... ", invitando a los militantes del PSUV "... a calentarle el patio trasero de la oposición". En el mismo acto se refirieron al vergonzoso exmagistrado Aponte que ha confesado sus propios delitos cometidos en el ejercicio de su cargo y acusan a la oposición de estar construyendo una matriz de opinión para que Venezuela sea vista como "un Estado fallido, un narco Estado". Hablaron de asesinatos con sicarios, hablaron de vincularlos a la oposición cuando nadie, hasta lo que yo sé, tiene nada que ver con los mencionados.
¿Qué es todo esto que estamos viviendo que parece sacado de un cuento de terror? Es miedo a perder el poder hegemónico que ejercen sin límites y sin pudor.
Que el Presidente tiene cáncer no es ninguna novedad, y sigue siendo un misterio su verdadero estado de avance o curación. Rumores vuelan por las redes sociales y cada uno parece más inverosímil que el anterior. Muchos centran sus actuaciones conforme a esos rumores. Lo cierto es que a quien se daña con la falta de información es al país, a su economía y a su gente.
Conforme a una reciente encuesta seria a la que tuve acceso, más de un 70% de los venezolanos piensan que se curará y que participará en las elecciones convocadas para el 7 de octubre. Esa matriz de opinión la han alimentado desde el Presidente hasta el más humilde de sus voceros. Quizás no llegue a estar curado del todo, pero sin duda, para usar la misma palabra de Castro Soteldo, el escenario más conveniente para nuestra patria es que Chávez participe en ese proceso y se mida contra Capriles. Entonces, ¿por qué se habla dentro del chavismo de otros escenarios y se ordena montar una agenda de incitación al desorden público interno? Allí es donde hay que detenerse a pensar.
El ultrasecreto Comando Antigolpe (diríamos en criollo, el cogollo del cogollo), luego de estas expresiones filtradas de esa reunión, puede ser realmente el Comando Autogolpe al plantearse un escenario en el cual no hayan elecciones. Las elecciones deben celebrarse participe o no Chávez, e incluso, para ser más extremista, participe o no Capriles (de cuya participación nadie duda). No existe ningún argumento constitucional para no realizarlas; deben hacerse y quien resulte electo debe ser juramentado el 10 de enero del próximo año para un nuevo período constitucional de 6 años. Las elecciones no dependen de si un candidato puede o no puede participar en ellas, por más popular que pueda ser. Las organizaciones políticas deben postular a sus candidatos. Si Chávez esta "decaído" (como lo expresó Castro S.) y es postulado, eso es problema de Chávez y del PSUV. Si estando decaído deciden sustituirlo, también es problema de ellos. Internamente tendrán que ponerse de acuerdo y encontrar un sustituto. Si sus divisiones internas son profundas o no lo son, si aceptan o no a Jaua (que parece puntear todos los sondeos quizás por tener la autóritas de Vicepresidente) o se decantan por otra opción, también es problema de ellos. Las elecciones deben celebrarse conforme ordena la Constitución y fueron convocadas.
No celebrarlas ante la eventualidad de que Chávez no pueda participar por razones de salud es un autogolpe de Estado y hay que decirlo. El Estado está por encima de cualquier hombre o líder y el orden constitucional debe respetarse.
Al leer a Castro S. señalando que deben provocarse huelgas en los estados en los que la oposición gobierna, vuelve a mi memoria el escenario de autogolpe que trataría, mediante la aplicación de la Ley sobre Estados de Excepción, de suspender el proceso enmarcado en cierta legalidad: generar un estado de conmoción interior que justifique un decreto de restricción de garantías constitucionales; al restringirse, por mandato de la propia ley, no pueden celebrarse elecciones hasta tanto la conmoción interior sea controlada y regrese el clima de paz necesario. Crear de manera dirigida desde el propio Gobierno Nacional ese estado de conmoción interior de manera artificial para suspender las elecciones es un fraude a la ley y a la propia Constitución, es un autogolpe de Estado.
gblyde@gmail.com / @GerardoBlyde
El Universal
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