SIMÓN BOCCANEGRA/TalCualDigital
Quienes visitaban la península de Paraguaná podían observar en los tanques de la refinería de Amuay unas gigantografías con la cara de Chacumbele, las mismas que costaron mucho más que las válvulas, cuya falta de mantenimiento es posible que hayan originado la explosión del pasado sábado en la madrugada.
Nos cuentan vecinos y trabajadores de esa refinería que es vox populi en la ciudad de Punto Fijo la falta de mantenimiento que sufren estas instalaciones. Hubo quien nos refirió una conversación entre dos bomberos en una estación de gasolina de la zona en la que uno le decía al otro: "esta vaina no ha explotado porque Dios es muy grande".
Un diálogo premonitorio, cinco horas antes de la tragedia. Que hay trabajadores que asisten a sus labores con miedo y regresan a su residencia con más miedo aún, debido a que el mantenimiento es algo que no está entre las prioridades de quienes dirigen la planta.
En lugar de estar preocupados por sus funciones buena parte de la gerencia de la estatal petrolera se dedica a ratificar lo dicho por el ministro de Energía y Petróleo cuando afirma que Pdvsa es roja rojita y lo más importante para ellos es la reelección de Esteban el próximo 7 de octubre. Puede que la gente exagere pero viendo lo que ocurre en diferentes sectores del país la falta de mantenimiento es una de las posibilidades más ciertas.
El Metro de Caracas es un ejemplo de lo que decimos. Todos los que lo usamos hemos observado su deterioro. Circular por cualquier carretera o autopista del país lleva a la misma conclusión.
El puente de Cúpira es otro de los ejemplos que se puede dar sobre la materia. Una conclusión similar se puede extraer de lo que ocurre en las empresas básicas, lo dicen sus trabajadores constantemente. Sin mantenimiento los accidentes se vuelven cotidianos. Sin mantenimiento no es posible ser una potencia. Chacu, lo que importa es el mantenimiento, estúpido.
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