Tal y como lo dijo el candidato Capriles en uno de sus discursos el "culillo es gratis" y si no que lo diga ese grupo de chavistas que se apostaron en la plaza Bolívar, para amedrentar a todos los opositores que pasaban por ahí rumbo al cierre histórico en la avenida Bolívar
En el cierre de campaña de Capriles que colmó la avenida Bolívar y buena parte del centro de Caracas hubo de todo, desde el hijo del ministro Rizarrita, pasando por los empleados públicos que sin miedo pusieron su cara, su pancarta, su emoción e incluso su franela roja, aquellos que militaron en el partido del gran defraudador del pueblo; hasta los chavistas violentos.
Esos se concentraron en un grupo de más de 30 en la plaza Bolívar y esperaron cual caimán en boca e’ caño porque pasaran los opositores. Apenas vieron a unos 10 de ellos comenzó la arremetida, golpes, gritos, insultos, bastonazos, de todo en una muestra no solo de intolerancia sino de pánico al verse perdidos. Les gritaban "váyanse para Estados Unidos", entre otras estupideces. El odio los tiene cegados. A nuestro compañero y fotógrafo Cristian Hernández le dieron no pocos trancazos, a quien lo acompañaba también e incluso peor.
Policaracas no hacía sino decirles que se fueran para que no terminaran peor, y un equipo de Ávila TV estaba pendiente de captar si algún opositor respondía en el mismo tenor. No ocurrió. La violencia está de un solo lado, del perdedor, porque no saben que las elecciones se ganan con votos y no con golpes. Por cierto, ella no marchó, pero la mamá de Jacqueline Faría votará el domingo sabiendo que hay un camino.
Cort. TalCualDigital
No hay comentarios:
Publicar un comentario