ELIDES J. ROJAS L. | EL UNIVERSAL
Varias cosas saltan, destacan, después de concluida la parte formal del proceso electoral inédito del pasado domingo. La primera, y tal vez la más importante, es que el chavismo se derrumba, como muchos analistas habían pronosticado. No existe chavismo sin Chávez. No queda nada. No quedará nada.
La derrota del chavismo, con Maduro liderando absolutamente nada, es la primera fase de lo que viene. Maduro no ganó. Maduro acabó con los ahorros de la familia en apenas cuatro meses y la terminó de desbaratar en no más de 15 días hasta llegar al domingo pasado cuando dilapidó más de un millón de votos de la fortuna que le había dejado su padre, el pajarito. Maduro perdió en cientos de mesas, como se puede constatar en la página del CNE, donde por más de 14 años su padre impuesto había ganado. Fue derrotado por Capriles en barrios, en zonas populares, en estados donde había reinado el chavismo por mucho tiempo. Maduro no es capaz de mantener el legado. Eso lo saben los demás miembros del clan. Maduro, como ya se podía prever durante la campaña, es el peor candidato que pudo haber escogido micomandantepresidente y lo del domingo, cuando a duras penas el CNE, que también es parte del equipo castrocomunista, pudo conseguir unos míseros voticos para mantener a la mafia en el poder, es solamente el comienzo de una serie de torpezas que terminarán de barrer con esta parte de la historia.
Maduro, pésimo candidato como se vio. Botó más de 20 puntos de ventaja en apenas un mes. Toda una marca mundial de mediocridad. Lo malo es que es la muestra médica de lo que les espera a los venezolanos con semejante personaje montado en la silla del poder, con una camarilla de vivos tanto criollos como extranjeros que se aprovecharán de sus debilidades para controlarlo y manejarlo. Eso es evidente. Escuchen con detenimiento el discurso del domingo en la noche desde Miraflores. Torpeza tras torpeza. Ese señor tiene de estadista y líder lo que tiene Maradona de gente decente.
Capriles aumentó en más de 600 mil votos su respaldo electoral entre octubre y este domingo de la trampa. Capriles ganó en los estados que tradicionalmente había ganado la oposición y que Chávez se los había arrebatado. Maduro perdió en zonas rurales que su padre obligado había ganado por años. Capriles, con todo y el ventajismo de Maduro, el uso discrecional de los recursos públicos y la batería de medios del gobierno, pudo ganarle a Maduro. Porque más allá del número del CNE e independientemente del reconteo, Maduro perdió. Y perdió feo. De hecho, Chávez murió otra vez el domingo pasado.
Tiene razón Capriles. "Nicolás, el perdedor fue usted".
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