Cambiaron las edades y frecuencia para la toma de los exámenes a los que tantos hombres le temen.
Qué tan útil o no es la prueba del antígeno prostático específica para detectar o hacer seguimiento al cáncer de próstata, es un tema que ha sido objeto de controversia en los últimos años.
En medio de esas discusiones han cobrado una relevancia especial las observaciones que al respecto ha hecho la Global Harmonization Task Force, un respetable organismo dedicado a la auditoría de estudios clínicos, acerca de la poca utilidad y el impacto sobre la enfermedad, en términos de salud pública.
Con base en eso, la Asociación Americana de Urología se dio a la tarea de revisar los resultados de todos los estudios, terminados o en desarrollo, referentes al cáncer de próstata, desde 1995 hasta el 2013. A partir de ese análisis se obtuvieron sólidas conclusiones que permiten definir nuevas guías ajustadas a la edad de los pacientes, que permiten establecer la necesidad o no de someterlos a pruebas de antígeno prostático y a exámenes clínicos (entre ellos el tacto rectal).
Desde hace 22 años, el antígeno prostático hace parte del chequeo rutinario al cual se someten los hombres para descartar tumores de próstata. La prueba introdujo cambios benéficos a la forma de enfrentar la enfermedad; de hecho se atribuye a su uso en hombres mayores de 40 años, buena parte de la reducción de la mortalidad por esta causa.
Sin embargo, su práctica indiscriminada ha llevado, como lo enuncian múltiples estudios, a que muchos hombres sean sometidos a tratamientos excesivos o a recibir un manejo de la enfermedad que no necesitan.
La buena noticia es que, tomando como base la calidad de vida tanto de pacientes como de hombres sanos, se han expedido nuevas recomendaciones que, se espera, sean tenidas en cuenta, en adelante. (Lea: Y si no tiene, también... / Le tengo el remedio).
Menores de 40 años
En los hombres que aún no han cumplido 40 años no es necesaria la práctica de estudios para el diagnóstico temprano de cáncer de próstata, tampoco pruebas de tamizaje (búsquedas masivas), con el mismo fin.
Antes de esta edad la frecuencia de la enfermedad es baja. Someter a hombres, que además no tienen síntomas, a análisis clínicos o de laboratorio, puede traer más riesgos que beneficios, en algunos casos.
Entre 40 y 54 años
De acuerdo con las últimas guías, ya no se recomienda la práctica de exámenes de rutina en este rango de edad. Vale aclarar que la norma tiene sus excepciones: hay que someterse a pruebas si hay antecedentes familiares de este cáncer o si se es afrodescendiente.
Hay evidencias que indican que estas condiciones elevan el riesgo de contraer este mal, en estas edades.
La decisión, en este caso, es individual.
Entre 55 y 69 años
Este es el rango de edad en el cual los beneficios de la vigilancia sobre el cáncer de próstata superan los riesgos y permiten prevenir la muerte por este cáncer, en uno de cada mil hombres. A ellos se les recomienda el chequeo, sin excepción, cada dos o cuatro años, dependiendo del comportamiento de los resultados de la prueba de antígeno prostático.
Este es un avance muy importante, pues en estas edades se consolida la búsqueda temprana del cáncer de próstata a través del examen clínico y el análisis de los niveles de antígeno prostático.
Todos los hombres deben examinarse.
Para los mayores de 70 años
Si los hombres no tienen a estas edades síntomas urinarios, no se requieren evaluaciones de próstata de rutina. Como se sabe, el cáncer de próstata tiene una baja velocidad de progresión, de ahí que la expectativa de vida, incluso si se tiene el tumor, es similar a la de cualquier otro hombre de esta edad. Con base en eso, cabe aclarar que tampoco se recomiendan pruebas en varones cuya expectativa de vida es menor a diez años, independientemente de la edad que tengan.
Vale anotar que la búsqueda de tumores y su intervención a estas edades, puede aportar más riesgos que beneficios para la calidad de vida.
Hay normas para todos
Es importante recalcar que estas recomendaciones se fundamentan en la evidencia y en el análisis clínico. Sin embargo, para aplicarlas de manera literal deben tenerse en cuenta las características demográficas de cada región, la incidencia y la prevalencia de cáncer de próstata y las especificidades de los sistemas de salud. El objetivo es hacer la mejor aplicación de ellas, en condición de oportunidad, de costo y de eficiencia.
JOSÉ MIGUEL SILVA HERRERA
URÓLOGO HOSPITAL UNIVERSITARIO SAN IGNACIO
PARA EL TIEMPO
Yo tengo pensado de iniciar las revisiones periodicas de la prostata ya que es un tema que me preocupa bastante, me ha encantado tu artículo y me has aclarado muchas dudas que tenia.
ResponderEliminarUn saludo y felicidades por el articulo