La Parranda de San Pedro de Guarenas y Guatire fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad
ARTURO ÁLVAREZ D'ARMAS/TalCualDigital
La historia comienza en los cañaverales del valle de Pacairigua, cuando a una esclava llamada María Ignacia se le enferma su hija Rosa Ignacia, al no poder curarla, la madre invoca a San Pedro y le promete que si le cura a su hija le hará una fiesta anual.
por Arturo Alvarez D´Armas
Solo: Baila, baila, María Ignacia
que te quiero ver bailar;
Coro: Baila, baila, María Ignacia
baila, baila sin cesar,
Coro: Baila, baila, María Ignacia
baila, baila sin cesar.
Así comienza la Parranda de San Pedro después de salir de la eucaristía en la Iglesia de Guatire. Esta festividad es celebrada todos los 29 de junio de cada año.
La historia comienza en los cañaverales del valle de Pacairigua, cuando a una esclava llamada María Ignacia se le enferma su hija Rosa Ignacia, al no poder curarla, la madre invoca a San Pedro y le promete que si le cura a su hija le hará una fiesta anual. Al morir María Ignacia, la promesa recae en su esposo y es por esa causa que un hombre se viste de mujer en la Parranda de San Pedro.
La Parranda se compone de María Ignacia: hombre vestido de mujer, usa falda ancha de múltiples colores. Su cabeza es adornada con un sombrero de cogollo y lleva un par de moños de mecate.
Rosa Ignacia: una muñeca que simboliza ser hija de María Ignacia, los sampedreños: en su mayoría son tocadores de cuatro y maracas. San Pedro: este personaje está casi desaparecido. Los tucusitos: son niños que acompañan a María Ignacia, hacen de hijos. Llevan gorra bicolor, amarillo y rojo; el abanderado: es la persona que lleva la bandera de la parranda. El cargador de la imagen de San Pedro.
Los sampedreños se visten de levita y pumpá de color negro, al cuello llevan un pañuelo rojo o amarillo. Igualmente cuando la parranda visita las casas o clubes, bailan con unos trozos de cuero al cual llaman cotizas.
Las mismas se amarran a las alpargatas, con el canto y los coros del pueblo retumban las cotizas en los oídos y el alma de los bailadores. En esa parte de la coreografía se oyen los siguientes versos:
Con la cotiza dale al terrón
vuélvelo polvo sin compasión.
Dale que dale al terrón
dale que dale al terrón
dale que dale al terrón
dale que dale ¡yaaa!
Durante todo el día 29 los sampedreños recorren las calles y barrios de Guatire, cerca del mediodía se encuentran en algún sector del centro con los seguidores del San Juan de Guatire. Se hacen algunas reverencias, tocan, cantan y después cada quien se va por su lado.
Los sampedreños de Guatire siguen visitando a los Pedro y Petra y bien avanzada la tarde se instalan en el club Los Gavilanes donde disfrutan del famoso Tere tere, la conserva de sidra, el sancocho. Allí cantan y bailan hasta el cansancio interpretando el siguiente canto:
Guatire tiene dos cosas
que no las tiene otro pueblo,
la rica conserva e' sidra
y la parranda de San Pedro.
Cada 29 de junio el pueblo de Guatire recuerda con fervor y cariño a Justo Tovar “Pico”, que con su apasionamiento y espiritualidad sampedreña decía:
Pégale Pedro
pégale Juan
pasa pa dentro
que está en el zaguán.
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