Por: VenEconomía
El apagón eléctrico este lunes 2 de diciembre, que afectó a la Gran Caracas y a unos 15 estados del país, fue el segundo de gran magnitud de este año, después del registrado el 3 de septiembre. Este apagón, ni ninguno registrado hasta ahora, puede ser atribuido a saboteo de la “oposición apátrida”, como rápidamente y sin prueba acusan todos los ecos del gobierno, ni tampoco a la gran pava que dicen se está apoderando de la gestión de Nicolás Maduro.
Este predecible apagón lo que refuerza es la certidumbre sobre la ineficiencia e incapacidad del gobierno para resolver la crisis eléctrica que se ha profundizado en tres lustros de desinversión, falta de mantenimiento e ingente corrupción. Además deja al descubierto el cúmulo de medias verdades, fantasías y cuentos que salen de las vocerías del Ejecutivo Nacional cuando reportan los “logros” de su revolución “bonita” para marear a la población y canalizar los votos a su favor.
Esto es más que cierto en el caso específico de la crisis del Sistema Eléctrico Nacional, reconocida tardíamente por Hugo Chávez cuando declaró la primera emergencia eléctrica en 2009 y que terminó siendo un nuevo germinador de corrupción como lo demuestra la trama Derwick y otros, donde totalizaron más de $20 millardos los sobreprecios en 40 contratos para la adquisición de plantas eléctricas.
Crisis esta que fue ratificada por Nicolás Maduro desde la primera semana de su mandato, cuando su recién nombrado ministro de Energía Eléctrica, Jesse Chacón, decretó una nueva emergencia eléctrica y militarizó todas las zonas del SEN (Sistema Eléctrico Nacional), medidas que aún se mantienen a fuerza de prórrogas sin que se le vea el queso a la tostada.
Tres declaraciones públicas de Chacón en las semanas y meses precedentes al último apagón son más que indicativas de que los reportes del “avance” revolucionario en materia eléctrica están viciados de manipulaciones e irrealidades.
Por ejemplo, el 1º de noviembre, Chacón a través de la Agencia Venezolana de Noticias (AVN), proclamaba con una buena dosis de arrogancia que en apenas seis meses en el cargo había logrado incorporar 2.300 megavatios al SEN, a la par que informaba con orgullo que al fin “después de 33 años” se inauguraría la presa La Vueltosa, el tercer desarrollo hidroeléctrico del eje Uribante-Caparo, un núcleo fundamental para estabilizar el Sistema Eléctrico Nacional.
Dos días después, el 3 de noviembre, en una entrevista en Contragolpe que transmite la estatal Venezolana de Televisión, Chacón juraba y perjuraba que el “Sistema Eléctrico Nacional se encuentra blindado de cara a las elecciones municipales del próximo 8 de diciembre”, detallando que "durante la última semana de noviembre las redes de inteligencia eléctrica estarán instaladas de manera permanente hasta el día de las elecciones para prever cualquier contingencia, ante cualquier situación que pueda ocurrir".
La tercera declaración que vale resaltar es la del 29 de noviembre, dos días antes del apagón del lunes 2 de diciembre, Chacón afirmaba por Unión Radio que se había “logrado incrementar la generación por encima de los 20.000 megavatios” y lo que “ha permitido reducir en 42% las interrupciones”.
Es pertinente preguntar ¿Si las zonas del SEN están militarizadas, las fuentes de inteligencia eléctrica están instaladas y el sistema está blindado como aseguró Chacón, cómo pudo ser penetrado y saboteado?
La respuesta es rápida: Los últimos apagones se han registrado por insuficiencia en las redes de transmisión y distribución para cubrir la demanda. Pero el Ejecutivo se niega a reconocer que no han podido con el problema eléctrico, pues hacerlo es aceptar su responsabilidad en la irresponsable falta de inversión y mantenimiento en el SEN por tres lustros.
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