Por: VenEconomía
Los aires de la “in-volución” bambolean a los ciudadanos en Venezuela de un despropósito a otro de manera ininterrumpida, hasta dejarlos en total agotamiento físico, mental y emocional. Y lo peor de todo es que en ello se juega inútilmente (y se pierde) la vida de miles y miles de venezolanos inocentes.
La abate por un lado, una delincuencia desbordada y amparada por la impunidad que brinda una justicia solidaria con el barbarismo y que cobró más de 24 mil vidas humanas en 2013, una tasa de 79 homicidios por cada 100.000 habitantes, para ubicar a Venezuela como el tercer país más violento del mundo. Y ya en este primer cuatrimestre de 2014 ha arrasado con unas 4.680 vidas según el mismo gobierno, en su mayoría hombres menores de 40 años, mientras el gobierno tiene en las calles a la Guardia Nacional, a la Policía Nacional Bolivariana y a todo su ejército de paramilitares haciendo raízas para contener las manifestaciones estudiantiles.
Y si esto no fuese una infamia más que inaguantable, por lo que significa en pérdidas de vidas útiles, familias destruidas por la violencia delincuencial y del Estado, este martes 6 de mayo, la prensa vuelve a sacudir a los ciudadanos con la infausta noticia del fallecimiento de 13 recién nacidos en solo ocho días en la Unidad de Neonatología del Hospital Miguel Oráa de Guanare. Lo nefasto de esta noticia se acrecienta con la denuncia del director del centro hospitalario, el doctor Rodolfo de Bari, que trae El Nacional de este martes, quien afirma que la contaminación del área neonatal con la bacteria Seudomona Oleaginosa en los equipos de la Unidad de Neonatología, que les produjo una severa infección a los neonatos, fue la causante de todos los fallecimientos.
Más grave aún es que en su denuncia, el Dr. de Bari, indica que esa bacteria había sido descubierta por los pediatras del centro, al hacer de forma improvisada un hemocultivo, un trabajo que afirma “es responsabilidad absoluta de la Dirección Regional de Salud”.
Más indignante aún es que en su denuncia, luego de renunciar a su cargo, revela varios aspectos de la situación que muestran una actuación irresponsable, por no decir criminal, por parte de las autoridades: 1) Se habría hecho caso omiso de las denuncias que los médicos venían haciendo desde hace meses. 2) Negligencia o inoperancia de las autoridades de la Dirección Regional de Salud, al no realizar “oportunamente la asepsia de la unidad”. 3) Oponerse al cierre temporal de la unidad que habían decidido los médicos para evitar más muertes de recién nacidos. 4) tratar de esconder tan grave situación y que las autoridades sanitarias de la entidad convocasen “a los pediatras a una reunión para que cambiaran su opinión sobre la muerte de los neonatos”, según afirma Bari.
Pero, qué puede esperarse de un gobierno, que desde hace años viene echando al olvido todo el sistema de salud, llevándolo, contra toda advertencia de los gremios médicos, a tal situación de precariedad que hoy 23 pacientes renales que requieren tratamiento de hemodiálisis, entre ellos nueve niños, tendrían sus vidas en riesgo por falta de líneas para diálisis.
Mientras, el gobierno en su estrategia de saltar al futuro sin resolver el presente y destruyendo lo existente, sigue creando estados mayores de salud que son puras pompasde jabón.
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