LUIS MENDOZA/TalCualDigital
Días atrás, el ministro de Energía Eléctrica, Jesse Chacón, aseguró que los bombillos fluorescentes o ahorradores, que había promocionado el gobierno desde el año 2006, serán sustituidos por los focos led, debido a que estos generaban daños en el ambiente por su contenido de mercurio y deben ser reciclados. Asimismo, destacó que el Ejecutivo había aprobado US$ 5 millones para impulsar dicho cambio, señalando que durante la primera etapa de esta transacción, Corpoelec se convertiría en el proveedor mayorista de los faros led, es decir no serán gratis.
Sobre este hecho, José Aguilar, consultor internacional de sistemas eléctricos, explica que, según las memorias y cuentas de la estatal de servicios eléctricos venezolana, desde el inicio de la Misión Revolución Energética en 2006 hasta el 2012, el gobierno sustituyó más de 180 millones de focos, gastando cerca de US$ 1.200 millones, con la intención de "tumbarle unos megavatios a la demanda máxima del país".
El especialista manifiesta que si bien la tecnología led no representará el problema ambiental de los fluorescentes, y que va a reducir la demanda de megavatios del país, será mucho más costosa, siendo "un bombillo que puede costar de dos a tres veces más al equivalente de los ahorradores".
LAS CUENTAS NO CUADRAN
Aguilar indica que según estadísticas basadas en análisis asentados en los número ofrecidos por Miraflores, para el cierre del 2010, cuando se habían instalado cerca de 70 millones de luces ahorradoras, el precio unitario de estos era de más de US$ 6,50, y advierte que este "es un precio cuando se compra al detal, ese no debe ser nunca el valor comprando una gran cantidad al por mayor. Es decir, existe la posibilidad de que algún manejo turbio haya estado envuelto alrededor de los bombillos".
Para el consultor, el Ejecutivo debería explicar cómo este producto costó tan caro, agregando que "cualquier bodeguero en Venezuela que va a comprar 70 millones de focos, puede conseguirnos un precio más barato que el precio que la gente de Miraflores ha conseguido".
Del mismo modo, el especialista cuestiona que si dicho negocio fue tan caro, con la falta de transparencia que caracteriza al gobierno, "¿cómo será con estos que son dos o tres veces más costosos que los ahorradores?"
FALTA DE TRANSPARENCIA
Igualmente, el analista señala que el hecho de que los faros led no serán distribuidos de forma gratuita, se interpreta como "un síntoma de que la administración pública del país no avanza más. No hayan cómo poder seguir subsidiando y tienen que recuperar costos". Asimismo, insiste en que estas transacciones "no son sanas si no se ejecutan con completa transparencia", añadiendo que "la empresa de electricidad está dentro de la categoría de servicio público, por lo que debe tener esta cualidad. No se le habla con la verdad a la gente, y hay cuentas que no cuadran".
Aguilar alerta que "desde el 17 de noviembre del 2010 los venezolanos no saben cuál fue la demanda y cuántas unidades había o no (de megavatios) disponibles. La única versión que hay es la que ellos dicen, y cada vez dan menos información y son más confusas".
Por su parte, el periodista Nelson Bocaranda en su columna Runrunes reveló que el negocio de las luces ahorradoras era "una triangulación con la isla de los Castros", sosteniendo que la visita del expresidente Hugo Chávez a Vietnam en 2006 "sirvió para rubricar un acuerdo de compra de una planta fabricante de los bombillos con mercurio para pasársela a Cuba, y este país cobrara por la triangulación en un negocio doblemente perjudicial para Venezuela con el fin de que la isla obtuviera todos los beneficios y nuestro país se quedara con los ejemplos portadores de la contaminación ambiental más peligrosa en materia de iluminación".
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