Foto de archivo |
Dos años llevaban su familia y los abogados solicitando ante el tribunal respectivo que lleva la causa que le fuera otorgada al comisario Iván Simonovis una medida humanitaria, claramente establecida en el Código Orgánico Procesal Penal venezolano, un acto digno que mezquinamente le fue negado en cuatro oportunidades por nuestro desteñido Poder Judicial.
Con el otorgamiento de esta precaria medida judicial, Iván Simonovis podrá estar recluido en su casa junto a su esposa e hijos y recibir los cuidados necesarios para recuperar su salud, aunque con ciertas restricciones como la prohibición de declarar a los medios de comunicación social y usar las redes sociales para comunicarse. Todo esto aunado con una fuerte e innecesaria custodia policial a cargo de funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia, que vigilarán el cumplimiento de la medida como si Simonovis fuera un terrorista de una secta islámica, de esas que le cortan la cabeza a sus rehenes, la graban en video y la exhiben por el mundo. Habría que preguntarle a Elías Jaua, canciller hasta no hace mucho y hombre pacífico que estuvo por esos predios, por si acaso tiene más datos recabados en sus viajes.
Aunque lo que se hubiera deseado es la libertad plena de Simonovis, no hay dudas de que en su casa las atenciones de su abnegada esposa Bonny, quien a lo largo de estos años se ha dedicado por completo a alcanzar la libertad de su esposo de una manera valiente y decidida, así como la compañía de sus hijos, serán la mejor medicina para su recuperación.
Esta “semilibertad” del comisario Simonovis en estos momentos de gran crisis en el país, sin medicinas, ni alimentos, ni libertades económicas y con la popularidad del presidente de la República por el piso según las últimas encuestas, podría interpretarse como una válvula de escape que la revolución ha puesto en el camino para distraernos de los graves males que sufrimos los venezolanos.
Aunque ya el Tribunal Supremo de Justicia anunció a través de su cuenta de Twitter que Simonovis deberá volver a su sitio de reclusión en la cárcel de Ramo Verde una vez que su estado de salud se normalice, sabemos que este es un proceso lento y complicado pues el comisario padece de 19 patologías diferentes que no fueron atendidas cuando estuvo en prisión.
Por ahora, como ya lo anunció Bonny de Simonovis, los esfuerzos se centrarán en la recuperación del comisario. Esperamos que no comiencen a poner trabas a los traslados que se deberán hacer a los diferentes médicos que lo tratarán, así como a la realización de los diferentes exámenes necesarios en el proceso de recuperación.
Fuente: El Nacional
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