Hong Kong, 12 feb (EFE).- Hong Kong se viste de rojo y dorado, los colores de la suerte y la riqueza, mientras ralentiza su actividad económica, para recibir a su fiesta más familiar y señalada, el Año Nuevo lunar.
Desde Mickey y Minnie Mouse en el parque temático de Disneyland, a los tranvías que transitan el norte de la vieja Isla de Hong Kong, soportales, centros comerciales, todo y todos parecen estar listos para dar la bienvenida al año del tigre, animal que toma el relevo al terrenal buey y que precede al mítico dragón en el horóscopo chino.
El año que comenzará el 14 de febrero, y que algunos maestros del "fung shui" dibujan con muchos blancos y negros pero con poca gama de grises, promete acción en el campo político y en los tribunales.
El imperio del buey ha sido testigo de la dimisión de cinco diputados del campo pro demócrata hongkonés. Un pulso al gobierno local y a Pekín para hacer avanzar, sin dilación, la incompleta democracia local hacia una de corte occidental.
Las elecciones parciales para rellenar los escaños vacantes (que los pro demócratas esperan recuperar con los mismos legisladores) ya ha hecho afilar muchas lenguas y plumas de miembros del gobierno, partidos afines a éste.
A apaciguar el caldeado ambiente político tampoco ayudará la propuesta del diputado Wong Man-kong de recuperar la discusión sobre el famoso artículo 23 de la Ley Básica (Constitución local) relativo a la seguridad nacional.
Un artículo que ya fue aprobado en la vecina Macao (en 2009), pero que en 2003 tuvo que ser apartado en Hong Kong tras generar la manifestación más multitudinaria que ha conocido el territorio.
Alrededor de medio millón de ciudadanos salió entonces a la calle temiendo cortapisas a su libertad de expresión.
Los juzgados del territorio también serán en los próximos meses escenarios de casos que son el regocijo de los tabloides locales.
El empresario y maestro de "fung shui" Tony Chan, que recientemente vio frenados sus sueños de heredar la fortuna de una de las mujeres más ricas de Asia, tendrá que demostrar su inocencia en la supuesta falsificación del testamento de aquella.
Nancy Kissel, estadounidense, mujer de un adinerado expatriado, sentenciada a cadena perpetua hace cinco años por matar a su marido, podría volver a ser juzgada nuevamente en Hong Kong. El caso ya generó en su momento un "best seller" y un filme.
Y esto en una ciudad en la que los más ricos cada vez son más ricos y el resto pierde poder adquisitivo.
Según los datos más recientes de la revista Forbes, las 40 mayores fortunas del territorio vieron aumentar en un 65 por ciento su riqueza (durante el reinado del buey). También es cierto que en el de la rata éstos mismos sufrieron el hachazo de la crisis financiera.
Entretanto, la evidente mejora económica de la ex colonia británica hará felices a los más pequeños y a los solteros, que recibirán los "lai see", o sobres rojos, con más billetes que el último año, o eso dicen las encuestas de la Asociación de Investigación de Hong Kong.
Cabalgata para el domingo (con incremento de efectivos policiales para evitar percances con lanzador o lanzadores de ácido aún en libertad), los fuegos artificiales para el lunes (en el escenario de excepción que es el Puerto Victoria) y la feria de Año Nuevo en el Parque Victoria son algunas de las diversiones.
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