Mi comentario de la semana
El trabuco de Ramón Guillermo. Según Aveledo se trata del dream team de la oposición venezolana. Que me disculpe, pero su apreciación me da risa. O Ramón es un ingenuo o es un soberano embustero. Él sabe que los escogidos para encabezar listas lo fueron bajo las componendas políticas usuales desde los tiempos de la IV. Así de sencillo. La euforia de Ramón Guillermo es la contraparte al desencanto del hombre y la mujer de a pie, por muchas razones contrarios al Gobierno y que ahora con el anuncio de Ramón han visto confiscada su esperanza opositora. En su lugar, paradójicamente, se anteponen los intereses de una casta política con cada vez menos posibilidades de lograr su objetivo. Ramón Guillermo lo sabe. El trabuco que mostró a la teleaudiencia cuando dio a conocer a quienes encabezarían las listas parlamentarias, no es tal. ¡Puro bate quebrado! Sacrificaron a los estudiantes y demostraron que no tienen pudor alguno a la hora de utilizar a la gente. Que aquello de incluir a los presos políticos en puestos salidores es una farsa porque más bien cruzan los dedos ligando una “providencia” judicial que se los quite de encima para ellos imponer los candidatos que le interesan; es más, ya tienen listos a los sucesores porque en esta escogencia los presos resultan carne de carroña. Por ello el trabuco de Ramón Guillermo no pasará de ser una bufonada. La lista opositora es una expresión repetidísima del oportunismo salvaje y sin el menor decoro. La mayoría de los escogidos son mantenidos a la sombra por el Gobierno que dicen combatir. ¿Pregúntenle a Julio Borges por qué las diferencias ideológicas no son abismales cuando de “ayuditas” se trata? Háganle la misma pregunta a Henry Ramos y les aseguro que tartamudeará la respuesta. Simple y llanamente porque se trata de una oposición “exquisita” que hace bastante tiempo dejó (si es que alguna vez la tuvo) su afición por los textos políticos. Ese trabuco de Ramón Guillermo no pisará la segunda almohadilla así vaya a extrainning con Chávez, incluso cansado y lanzando completo. La dirigencia opositora cree que “surfear” en la ola del desaliento popular es suficiente para tomar “el cielo por asalto”. La izquierda venezolana pasó más de 40 años para superar su histórico 10%. Si no llegó antes a Miraflores fue por la mezquindad de sus dirigentes, flojos como ellos solos. Era una élite hipócrita, que alababa la paciencia de Allende, pero no creía en la vía electoral. Finalmente le llegó el Mesías y se montó en el autobús que la ha mantenido por 12 años en el Gobierno. La oposición vive un fenómeno regresivo y transita el camino recorrido por la izquierda del siglo pasado. Como aquella que supo aprovechar la cuota de poder que le permitió el puntofijismo en las universidades y el Conac, ahora la oposición vive a expensas de los “contratitos” que le da el Gobierno a través de terceros. Porque la lección no es otra: convierte a tu adversario en tu lambucio obligado y lo tendrás postrado a tus designios. Por eso el “trabuco”, el dream team de Ramón Guillermo no podrá descifrar los envíos del lanzador contrario. Ahora, ¿cuál es el panorama? ¿Cómo es eso que estando el Gobierno en una encrucijada no signifique por ello la tan anunciada derrota?; fácil, dijeron que Chávez estaba ponchado, sin duda, pero resulta que el receptor no pudo retener el strike y lanzó para sacar lo que ha debido ser el último out, no obstante el errático primera base del trabuco de Ramón perdió la bola y dejó al corredor vivo… por allí bateó hasta el recoge bates. Aunque usted no lo crea, se trata de esas sorpresas que nos deparan los procesos políticos. Pero, ¡cuidado! Si algo distinto tiene el beisbol al fútbol es que mientras en el fútbol si se llega al último minuto con una ventaja de dos goles no hay vuelta atrás; caso contrario en el beisbol, en esta disciplina el juego no termina hasta que no se saca el último out, que abriendo el noveno se puede estar ganando por un margen arrollador y en un abrir y cerrar de ojos ver escapar el partido. Ahora, si me preguntan hoy cómo veo el futuro electoral, les diré que estamos en la antesala del noveno con las bases llenas por boletos y sin out; sin embargo, por ahora, el manager puede estar tranquilo porque este “trabuco” de Ramón Guillermo no le da un palo a nadie.
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