Por: VenEconomía 27Abr10
La juez María Lourdes Afiuni, confesó al periodista Juan Forero del Washington Post, que "nunca" pensó "que las violaciones llegarían a tanto".
La juez Afiuni es hoy uno de los más de 30 presos políticos del Gobierno de Hugo Chávez. Paga prisión injusta desde el 10 de diciembre de 2009 en el Instituto Nacional de Orientación Femenina (INOF) de Los Teques, por dictar sentencia con apego a la Ley en el caso de Eligio Cedeño, otro perseguido del Presidente.
La expresión de la juez Afiuni devela en toda su extensión el estado de secuestro en el que se encuentra el sistema de justicia de Venezuela. Como afirmó el abogado constitucionalista, Carlos Ayala, en ese mismo análisis de Forero, "si un juez no hace lo que él (Hugo Chávez) quiere, irá a la cárcel". "Antes eran (los jueces) despedidos. Ahora van a la cárcel".
Esta perversión del sistema de justicia no se detiene en el acoso a los jueces ni a los empresarios. Todos, todos, los venezolanos son sujetos eventuales del yugo represor, si así lo considera necesario el mandatario nacional o, incluso, alguno de sus adalides. Hoy es de ingenuidad extrema pensar que las violaciones del Gobierno "nunca" llegarán a ciertos límites.
Por ejemplo, un grupo de ocho dueños de carnicerías de la parroquia la Candelaria "nunca pensaron" que, siendo civiles, podían ser trasladados bajo engaño, arbitrariamente detenidos en la trinchera militar de Fuerte Tiuna, y presentados a un juez de control para ser acusados de "especular" con los precios de la carne.
Los administradores y los 250 huéspedes del Hotel Porlamar Suites de Margarita, tampoco deben haber pensado "nunca" que un grupo de invasores podían despertarlos violentamente en medio de una noche vacacional, con gritos, golpes y disparos, para arrojarlos a la calle, mientras los violentos arrasaban y destrozaban todo lo que encontraban a su paso.
Dada la cadena de expropiaciones y confiscaciones de los últimos años, tal vez a los propietarios, gerentes y trabajadores del Central Azucarero Santa Clara (Estado Yaracuy) sí les pasó por la mente alguna vez que podían ser ocupados o expropiados, pero lo que "nunca" debieron haber pensado es que el asesor jurídico del Central, podía ser detenido "por desacato", luego de negarse "a autorizar la firma de la directora regional del Indepabis en las cuentas de la empresa", como se denuncia en la prensa nacional.
¿Cómo podrían haber pensado "nunca" los ciudadanos de este país de ricos recursos hídricos y energéticos, que ciudades enteras estarían horas y días sin servicio eléctrico por la ineficiencia e indolencia de unos virulentos gobernantes?
Lo peor es que aún muchos venezolanos "nunca" se atreven a pensar que la propiedad privada en Venezuela "no es sagrada", como ratificó este domingo 25 de abril, el super ministro y vicepresidente del PSUV, Diosdado Cabello. Es que todavía no se atreven a creer que cada vez Venezuela se parece más a Cuba.
La juez Afiuni es hoy uno de los más de 30 presos políticos del Gobierno de Hugo Chávez. Paga prisión injusta desde el 10 de diciembre de 2009 en el Instituto Nacional de Orientación Femenina (INOF) de Los Teques, por dictar sentencia con apego a la Ley en el caso de Eligio Cedeño, otro perseguido del Presidente.
La expresión de la juez Afiuni devela en toda su extensión el estado de secuestro en el que se encuentra el sistema de justicia de Venezuela. Como afirmó el abogado constitucionalista, Carlos Ayala, en ese mismo análisis de Forero, "si un juez no hace lo que él (Hugo Chávez) quiere, irá a la cárcel". "Antes eran (los jueces) despedidos. Ahora van a la cárcel".
Esta perversión del sistema de justicia no se detiene en el acoso a los jueces ni a los empresarios. Todos, todos, los venezolanos son sujetos eventuales del yugo represor, si así lo considera necesario el mandatario nacional o, incluso, alguno de sus adalides. Hoy es de ingenuidad extrema pensar que las violaciones del Gobierno "nunca" llegarán a ciertos límites.
Por ejemplo, un grupo de ocho dueños de carnicerías de la parroquia la Candelaria "nunca pensaron" que, siendo civiles, podían ser trasladados bajo engaño, arbitrariamente detenidos en la trinchera militar de Fuerte Tiuna, y presentados a un juez de control para ser acusados de "especular" con los precios de la carne.
Los administradores y los 250 huéspedes del Hotel Porlamar Suites de Margarita, tampoco deben haber pensado "nunca" que un grupo de invasores podían despertarlos violentamente en medio de una noche vacacional, con gritos, golpes y disparos, para arrojarlos a la calle, mientras los violentos arrasaban y destrozaban todo lo que encontraban a su paso.
Dada la cadena de expropiaciones y confiscaciones de los últimos años, tal vez a los propietarios, gerentes y trabajadores del Central Azucarero Santa Clara (Estado Yaracuy) sí les pasó por la mente alguna vez que podían ser ocupados o expropiados, pero lo que "nunca" debieron haber pensado es que el asesor jurídico del Central, podía ser detenido "por desacato", luego de negarse "a autorizar la firma de la directora regional del Indepabis en las cuentas de la empresa", como se denuncia en la prensa nacional.
¿Cómo podrían haber pensado "nunca" los ciudadanos de este país de ricos recursos hídricos y energéticos, que ciudades enteras estarían horas y días sin servicio eléctrico por la ineficiencia e indolencia de unos virulentos gobernantes?
Lo peor es que aún muchos venezolanos "nunca" se atreven a pensar que la propiedad privada en Venezuela "no es sagrada", como ratificó este domingo 25 de abril, el super ministro y vicepresidente del PSUV, Diosdado Cabello. Es que todavía no se atreven a creer que cada vez Venezuela se parece más a Cuba.
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